248. La gente de las ciudades es maleducada
M:
Por eso los vecinos te niegan el saludo en el ascensor. La gente no dice “hola”, ni “buenos días” ni “gracias”. Los taxistas farfullan insultos si no les dejas propina. Los dependientes resoplan cuando desordenas los artículos o bloqueas el pasillo. La gente te pasa por encima si te desmayas en la acera. Y las discusiones acaloradas en el metro son el pan de cada día.
K:
Además, que te den pisotones en la calle o en las fiestas es lo más normal del mundo. Y que se abran el paso con los codos en el metro. Ya, la falta de consideración y de educación se está convirtiendo en una muestra bochornosa y, a veces, hilarante de la neurosis urbana. A veces, llevada a extremos insospechados.
***
K:
Campeón, hoy toca un repaso del subjuntivo y de las frases condicionales. En el vídeo-podcast hablamos sobre un tema polémico:
M:
por qué la gente en las ciudades es tan maleducada. Por qué las ciudades rebosan de personas que carecen de respeto y sin una pizca de cordialidad. ¿Estás de acuerdo con estas afirmaciones? Escucha nuestra conversación con atención. A ver si eres capaz de detectar todas las frases condicionales y las que contienen el subjuntivo.
K:
Venga, ¡al lío!
***
K:
Buenas, Mauro
M:
¿Qué tal, Karo?
K:
Voy tirando… ¿A que no sabes qué me pasó ayer en el metro?
M:
Pues, no.
K:
Pues iba tan tranquila leyendo mi libro cuando un señor mayor se puso a hablar conmigo.
M:
Ah, ¿sí? ¿Y qué quería?
K:
Nada.
M:
¿Nada?
K:
Nada. De buenas a primeras, se puso a hablar conmigo. Así… simplemente…, de nada en concreto. Y no paró de hablar en todo el trayecto.
M:
¿Y por qué no le dijiste que te dejara en paz?
K:
Hombre, no soy tan borde. Traté de darle a entender que no quiero conversación, intentando concentrarme sobre mi libro, pero no surtió efecto.
M:
¡jejeje! No se trata de ser borde o bruta. Con los pesados tienes que ser más directa, Karo. Entonces, ¿te dio la lata todo el trayecto?
K:
Bueno, es verdad que hablar en el metro con alguien que no conoces es bastante raro. Es insólito. Choca, ¿no? Pero, en realidad fue agradable charlar en lugar de estar ensimismada en mis pensamientos y con cara de pocos amigos.
M:
… que es lo que habitualmente hace la gente en el transporte público. Estar absortos en nuestros pensamientos. La gente en las ciudades siempre parece enfurruñada, ¿no?
K:
Cierto. Yo y miles de personas más somos hoscos, huraños… Por eso me quedé pensando ... Si me resultó agradable hablar con este señor de camino al trabajo, ¿por qué no lo hago con más frecuencia? ¿Por qué la gente no lo hace más a menudo?
M:
Por la simple razón de que la gente en las ciudades es… maleducada. Aunque creo que son las ciudades las que nos vuelven groseros.
K:
Nooo… No creo que las ciudades nos vuelvan groseros. ¿Crees que la gente en las ciudades es más grosera que en los pueblos?
M:
Sí. No creo que la gente en los pueblos sea tan grosera como en las ciudades.
K:
Eso es una tontería como un piano. Me niego a creer que las ciudades sean responsables de la falta de respeto y de la grosería de la gente. No, no lo creo… no creo que las ciudades sean responsables de la descortesía o de la hosquedad de las personas. Más bien creo que son las prisas.
***
K:
Tesoro, un pequeño inciso. ¿Te has fijado en las frases con el subjuntivo? Todas son frases negativas con verbos y expresiones de opinión y pensamiento como creer, pensar, opinar, estar seguro de, recordar:
“No creo que las ciudades nos vuelvan groseros”.
“No creo que la gente en los pueblos sea tan grosera como en las ciudades”.
“Me niego a creer que las ciudades sean responsables de la falta de respeto”.
“No creo que las ciudades sean responsables de la descortesía”.
Sigamos con la conversación.
***
M:
Dudo que sean solo las prisas las responsables de la falta de civismo. ¿En serio opinas que si la gente no tuviera tanta prisa, sería mucho más amable?
K:
Si la gente no tuviera tanta prisa… si la vida no fuera tan acelerada, la gente sería más cordial. Creo.
M:
¡Jejeje! ¿Ves? Te entran dudas. Porque no estoy seguro de que la clave esté en las prisas sino en las aglomeraciones de gente.
K:
¿Es decir?
M:
Pues… las aglomeraciones… que la gente esté reunida en un espacio reducido. De esta manera, las ciudades se convierten en lugares amenazantes, hostiles. Cuando salimos del metro a una calle concurrida de la ciudad nuestro cerebro se vuelve hipervigilante. Intenta detectar cualquier posible peligro. En una ciudad, somos solo un pequeño Homo Sapiens en un grupo muy grande de otros Homo Sapiens. Está claro que esto nos pone a la defensiva.
K:
Vale. O sea, que buscamos constantemente amenazas potenciales a nuestro alrededor porque, simplemente, no sabemos quién podría resultar peligroso. ¿He entendido bien tu idea? Tal vez sea cierto. Entonces guardar distancias y ser descorteses sería una forma de mecanismo protector. Y crees que si no fuera por este mecanismo, ¿seríamos menos irrespetuosos y desconsiderados entre nosotros?
M:
Hmm… No lo sé. Pero el hecho de que estemos constantemente al acecho de posibles amenazas afecta a nuestro comportamiento. Y ponemos en marcha el “mecanismo de protección” de evitar hablar o rehuir el contacto visual con otras personas.
K:
Ya. Entiendo. Si evitamos mirar a los ojos de la persona que tenemos enfrente, reducimos la probabilidad de que nos ataque o que nos diga hola.
M:
Exactamente.
***
M:
Campeón, ¿te has fijado que estamos empleando constantemente frases con condicionales? Son todas estas:
“Si la gente no tuviera tanta prisa, sería mucho más amable”.
“Si la vida no fuera tan acelerada, la gente sería más cordial”.
“Si no fuera por este mecanismo, seríamos menos irrespetuosos entre nosotros”.
Todas estas frases son del tipo 2, es decir, las que expresan una condición poco probable en el presente.
Si quieres profundizar en el tema de las frases condicionales, mira nuestro videopodcast 114. En él encontrarás una explicación detallada sobre cómo usar las frases condicionales y, además, una chuleta gramatical que puedes descargar y tener siempre a mano para revisar. Te dejamos también el link aquí arriba. Sigamos con la conversación.
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M:
Exactamente, Karo. Por eso los vecinos te niegan el saludo en el ascensor. La gente no dice “hola”, ni “buenos días” ni “gracias”. Los taxistas farfullan insultos si no les dejas propina. Los dependientes resoplan cuando desordenas los artículos o bloqueas el pasillo. La gente te pasa por encima si te desmayas en la acera. Y las discusiones acaloradas en el metro son el pan de cada día.
K:
Además, que te den pisotones en la calle o en las fiestas es lo más normal del mundo. Y que se abran el paso con los codos en el metro. Ya, la falta de consideración y de educación se está convirtiendo en una muestra bochornosa y, a veces, hilarante de la neurosis urbana. A veces, llevada a extremos insospechados.
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M:
Campeón, antes de proseguir con la conversación tenemos que explicar una cosa. El tema de hoy es: por qué la gente es tan maleducada. Pero ¿sabías que la palabra “maleducado” tiene dos significados?
K:
Sí, el primer significado indica que una persona no tiene buenos modales, que le falta educación. Y a lo largo de nuestra conversación usamos un buen número de sinónimos para no repetir el adjetivo “maleducado”. ¿Te has fijado? Por ejemplo: descortés, grosero, bruto, borde, rudo. Otros sinónimos que podrías usar son: indelicado, ordinario, vulgar, tosco, patán e incluso palurdo.
M:
Pero el adjetivo “maleducado” tiene un segundo significado: el de alguien quien ha sido criado con demasiados mimos. Aquí los sinónimos serían: mimado, malcriado, malacostumbrado y consentido. ¿Los conocías? Si no, apúntalos en tu cuaderno desastre: mimado, malcriado, malacostumbrado y consentido. Sigamos con nuestra conversación.
***
M:
Cierto, la neurosis urbana puede llegar a extremos insospechados. Aunque, obviamente hay excepciones. Pero la gran mayoría usa la agresividad y la descortesía para protegerse de la gente desquiciada y perversa.
K:
Dicho así suena horrible, pero, ¿sabes?… Yo conozco a personas que se mudaron a una gran ciudad, como Madrid, para ser anónimas, para guardar distancias, para perderse en la multitud y no tener que hablar con gente.
M:
No me extraña nada, porque vivir en una ciudad pequeña puede resultar, en ocasiones, claustrofóbico. No puedes hacer nada sin que todo el mundo lo sepa.
K:
Ah, ya. Cuando Fulanito estornuda en un extremo del pueblo, lo sabe el Menganito en la otra punta.
M:
Exactamente. Todo el mundo conoce a todo el mundo. Y todo el mundo mete sus narices en los asuntos de los demás.
K:
Ah, ¡no me digas más! La gente entrometida de los pueblos y las pequeñas ciudades. ¡Uf! Tengo alergia a los entrometidos, los fisgones y los chismosos… no los soporto. ¡Me sacan de quicio!
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K:
Tesoro, espero que hayas disfrutado de esta conversación en la que hemos usado varias frases condicionales y estructuras con el subjuntivo. Es muy importante dominarlas porque, como ves, te pueden resultar muy útiles en cualquier conversación con los nativos.
M:
Sabemos muy bien que el subjuntivo es un hueso duro de roer y que, por mucho que estudies reglas gramaticales, el subjuntivo, simplemente, no se te queda. Es un palo, ¿verdad?
K:
Sé que, muchas veces, estudiar tanto te deja agotado y con los ánimos por los suelos, y que, aún así, tu subjuntivo no mejora “ni jota”. Pero no necesitas ESTUDIAR la gramática para hablar español correctamente. Hay una manera más eficiente. Hay un “secreto” para asimilar los patrones gramaticales sin memorizar las reglas gramaticales.
M:
Este “secreto” se llama las Multi-Historias. Las Multi-Historias son ejercicios de alto impacto que están incluidos en nuestro curso “Piensa y habla en español”.
K:
Este curso está enfocado a la acción para que empieces a hablar desde el primer día. Con los ejercicios de niveles 8, 9 y 10 aprenderás a usar la gramática de forma intuitiva.
M:
Y aprenderás de forma natural el vocabulario conversacional ¡sin memorizar listas de vocabulario! El curso es un "simulador de vuelo" que te entrena para hablar en el mundo real.
K:
Utilizamos el método natural de aprendizaje de idiomas, por tanto, está grabado enteramente en español. Incluye 10 unidades, con más de 50 lecciones en las cuales se aplica la filosofía de las 7 Leyes de Español Automático para hablar con fluidez.
M:
Apuntándote al curso tendrás acceso de por vida a todas las lecciones y podrás aprender a tu propio ritmo.
K:
Apúntate en el link: EspanolAutomatico.com/piensayhabla (todo junto: piensayhabla). Y, por cierto, hemos dejado en abierto la primera unidad de lecciones, así que puedes probar el poder de los ejercicios de alto impacto hoy mismo y totalmente gratis.
M:
Repetimos el link: EspanolAutomatico.com/piensayhabla ¡Te esperamos dentro del curso!
K:
¡Nos volveremos a ver dentro de dos semanas!
M:
¡Hasta la próxima!
K:
¡Un beso!