224 — Supersticiones españolas de buena y mala suerte (B1/B2)
K:
Hola, tesoro. Hoy hablamos de supersticiones españolas de buena y mala suerte.
M:
La superstición es la creencia de que ciertos eventos pueden traer buena o mala suerte. Una superstición es algo que condiciona la vida de las personas que creen que, si hacen o dejan de hacer algo, podrían sufrir una desgracia. Por ejemplo, mucha gente piensa que el número 13 trae mala suerte, o que puedes evitar la mala suerte si tocas madera con tus nudillos.
K:
Mmm, de hecho, la gente incluso usa la expresión "tocar madera", esperando deshacer un supuesto maleficio o mala suerte sin ni siquiera tocar madera de verdad.
M:
Supongo que esos no son realmente supersticiosos. ¿Y tú, qué, Karo? ¿Eres supersticiosa?
K:
Bueno, no lo soy… Nada de nada. Pero, además, yo no creo que exista tal cosa como “buena suerte” o “mala suerte”. Así que no soy supersticiosa en absoluto. ¿Y tú?
M:
Yo tampoco. Pero, ya que estamos, veamos algunas supersticiones españolas y aprendamos un vocabulario útil para hablar de este tema. Además, al final del programa haremos una pregunta. A ver quién será el primero en responder correctamente.
M:
Hemos mencionado ya dos supersticiones: tocar la madera y el número 13. ¿Qué otras supersticiones te vienen a la mente?
K:
Lo primero que viene a mi mente es la superstición de los gatos negros. Se supone que cruzarte con un gato negro trae mala suerte. Aunque creo que esta superstición está muy extendida. Creo que en muchos países la gente huye despavorida de los gatos negros.
M:
Por cierto, hemos usado una interesante expresión: “venir a la mente”. Esta locución verbal significa ocurrírsele a alguien, venirle una idea a la mente a alguien o recordar algo. Esta expresión es importante saberla, así que estará incluida en las flashcards que acompañarán a este vídeo.
K:
Sí, “venir a la mente”, es bueno conocer esta expresión y usarla. Es una frase útil, e implica algo en lo que se piensa rápidamente, una idea que aparece en nuestra mente de forma repentina.
M:
Bien, sigamos. Hay muchísimas supersticiones en España, pero antes de comentar algunas de las más pintorescas, dime: ¿sabes por qué somos supersticiosos?
K:
Las supersticiones son creencias irracionales con las que tratamos de repeler la mala suerte o atraer la buena. Las supersticiones son un intento de dar una explicación mágica a los sucesos. Porque las supersticiones no tienen ninguna base científica.
A pesar de que sabemos que en el fondo no tienen lógica, mucha gente no puede evitarlo. Creo que las supersticiones son fruto de una creencia en lo mágico o, simplemente, se trata de algo aprendido que imitamos de manera inconsciente.
M:
Sí, estoy totalmente de acuerdo contigo. Además, en su mayoría son de creencias que se remontan cientos de años atrás. Y no me extraña, porque hace siglos el acceso al conocimiento era muy limitado para la mayoría de la población, de modo que no era difícil infundir miedos entre los ciudadanos.
K:
Correcto. La escasa educación de épocas anteriores tiene mucho que ver. Lo curioso de las supersticiones es que, aunque aparecieron hace cientos de años… el caso es que hoy, en pleno s. XXI, seguimos tocando madera, se nos eriza el pelo cuando es martes y 13 y cerramos los ojos cuando vemos un lindo gatito negro en un callejón.
M:
Respecto al “martes 13” en España hay un dicho: “martes y 13, ni te cases ni embarques”. Y lo que es curioso es que en muchos países es “viernes 13” y no martes, ¿verdad?
K:
Sí, su origen está en La Última Cena, en la que Cristo anunció a sus Doce Apóstoles su inminente crucifixión debido a la traición de uno de ellos. La maldición del martes viene por el Dios romano de la Guerra, Marte. Y hay muchos hoteles que ni siquiera tienen habitaciones con el número 13.
M:
¡Jejeje! ¿Y el pobre gatito negro? ¿Por qué despierta tanta antipatía en la gente?
K:
Es cierto. Ver un gato negro que se cruza en tu camino significa que tendrás mala suerte. Aunque yo no creo en ello. De hecho, tenía un gato muy bonito, completamente negro. Se llamaba “Bagheera”, como en el “Libro de la Selva”. Ok, pero me voy por las ramas… ¿Por qué la gente cree que un gato negro trae mala suerte? Porque la Iglesia Católica los consideró como la reencarnación del diablo. El negro se identificaba con el diablo por ser el color de la noche.
M:
Pobres gatos… Vamos con otra superstición española rarísima: abrir un paraguas en un sitio cerrado da mala suerte. Según hemos podido investigar, los primeros paraguas fueron hechos en el antiguo Egipto, con papiro y plumas de pavo real, y se diseñaban a semejanza de la diosa Nut. La sombra de un paraguas era, por tanto, sagrada y estrictamente reservada para la nobleza egipcia. Cualquier otra persona que osara entrar en ese espacio estaba cometiendo un sacrilegio. Un sacrilegio es la profanación de una cosa o lugar sagrado. Así que, abrir un paraguas en el interior de un hogar se consideraba en contra del propósito natural y, en consecuencia, un insulto al Dios del Sol (Ra).
K:
Interesante: una superstición importada desde Egipto. Bueno, yo me he encontrado con una superstición curiosísima. Una amiga mía del sur de España se quedó horrorizada una vez cuando quedamos para tomar algo en una cafetería y, al no tener dónde poner mi bolso, lo puse en el suelo al lado de mi silla. Pues, mi amiga se levantó de un brinco y levantó mi bolso del suelo exclamando que no se deben poner los bolsos en el suelo…
M:
¿Por qué?
K:
Porque, como dijo: el dinero saldrá corriendo de mi monedero. ¡Jejeje!
M:
Jejeje, sí, hay muchas supersticiones muy curiosas, como la de no pasar por debajo de una escalera porque, por lo visto también trae mala suerte.
K:
No sé si trae mala suerte o no, pero si hay obreros encima de la escalera, probablemente manejen algunas herramientas, y alguna podría caerte en la cabeza, ¿no? Así que, es más prudente no pasar por debajo. Es más bien “ser prudente” y “pensar” y, no tanto mala suerte, ¡hombre!
M:
Estoy de acuerdo. Pero, desde luego, mucha gente no pasa por debajo de una escalera porque cree en la mala suerte y no por prudencia.
K:
Oye, ¿y qué me dices de un espejo roto?
M:
¡Buah! Si rompes un espejo los dioses te castigan con 7 años de mala suerte.
K:
¿Y de dónde surgió esta idea?
M:
Se cree que se originó en Venecia, a finales del siglo XVI. Por aquel entonces se pusieron de moda los espejos realizados con un vidrio al que se le añadía una lámina de plata en la parte posterior y, de esta manera, las personas se reflejaban. (Antes se realizaban con vasijas con agua o estaban hechos de metal). Estos nuevos espejos eran carísimos. Por ello, los aristócratas venecianos de la época advertían a sus sirvientes de que tuvieran mucho cuidado con el objeto en cuestión, pues si este se rompía, podía significar que durante varios años tendrían que trabajar sin percibir ningún salario.
El temor a que algo así sucediera fue transmitido de boca en boca, añadiendo el número mágico que ha llegado a nuestros días: el siete. ¿Por qué el número 7? Bueno, las siete colinas de Roma, los siete planetas clásicos, los siete días de la semana, los siete mares… hasta Harry Potter tiene siete libros, ¡jejejeje!
K:
¡Jejejeje! La siguiente superstición está relacionada con la sal.
M:
Sí, derramar sal trae mala suerte. El origen de la superstición es dudoso y parece remontarse a miles de años antes de Cristo. Y es que, antiguamente, al no existir neveras para mantener los alimentos, la sal era uno de los conservantes más utilizados. Era un método denominado salazón. Por ello, se creía que derramar sal traía la mala suerte y la desgracia a las casas. Los años en los que la producción de sal no era fructífera, los alimentos se pudrían. Así que esta superstición podría atribuirse a la importancia económica que tenía la sal.
K:
¡Ah! De hecho, la palabra “salario” viene de ahí. Un salario es la remuneración que recibe una persona por el trabajo que desempeña.
Bueno, pero basta de tanta mala suerte… Hablemos de las supersticiones de buena suerte.
M:
¡Ah! También abundan: encontrar un trébol de cuatro hojas, apagar las velas de un soplido en una tarta de cumpleaños, arrojar arroz en una boda, besarse los novios al final de la ceremonia, tocar madera (que ya hemos mencionado al principio del programa), tirar monedas a un pozo o a una fuente, soplar una pestaña…
K:
Oye, esta es curiosa: soplar una pestaña. Yo he leído que en la Edad Media existía la creencia de que el Diablo coleccionaba pestañas. Por lo que cada vez que a alguien se le caía una pestaña se consideraba un mal augurio. Y entonces para espantar la mala suerte, había que coger la pestaña, ponerla en el dorso de la mano y arrojarla por encima del hombro izquierdo; o bien ponerla sobre la punta de la nariz y soplarla. La creencia del diablo se ha perdido, pero actualmente seguimos conservando la superstición de pedir un deseo al soplar una pestaña que se nos ha caído.
M:
¡Qué curioso! Y yo sé de, al menos, dos supersticiones más relacionadas con el cuerpo: cruzar los dedos, y cuando te pitan los oídos.
K:
¿Cuando te pitan los oídos? ¿Qué pasa cuando te pitan los oídos?
M:
Cuando nos pita un oído, en España enseguida lo achacamos a que alguien está hablando de nosotros. Lo que no tenemos claro es qué oído es para bien y que oído para mal. Según la tradición, el oído izquierdo sería para el amor y el derecho para el rencor. Y si te pellizcas el oído derecho cuando este te pita, se dice que el rencoroso que murmura sobre ti se morderá la lengua.
K:
¡Qué cosas! Bueno, y tú, campeón, ¿eres supersticioso? ¿Sí? ¿No? ¿O quizás hay algunas supersticiones curiosas en tu país? Si es así, esperamos que nos dejes un comentario debajo de este vídeo.
M:
Y ahora nos gustaría saludar a Renée quien nos dejó este fantástico mensaje:
***
M:
¡Qué maravilla! ¡Qué maravilla!
Y si tú también, campeón, quieres llegar a la cima de la fluidez, apúntate a nuestro curso “Piensa y habla en español” - y los resultados… aquí están. Tú mismo has podido comprobarlo. El link está aquí arriba y en las notas del programa.
K:
Tu mensaje nos ha encantado. Solo decirte que con tu “mindset” lograrás cumplir tu sueño de hablar español como un nativo. No nos cabe ninguna duda.
M:
Recordemos el vocabulario cubierto en la lección de hoy:
Ser supersticioso
Una superstición
Tocar madera
Venir a la mente
Repeler la mala suerte
K:
Y ahora toca la pregunta. ¿Cuál de las siguientes es una superstición de mala suerte?
M:
A. ver una estrella fugaz
B. vestir de amarillo
C. mirar a los ojos cuando brindas con alguien
D. comer las 12 uvas
K:
A ver quién es el primero en responder correctamente a nuestra pregunta.
Y… colorín colorado, este podcast se ha acabado. Recuerda, campeón, que conseguir tu meta de hablar español con fluidez no depende de la buena o mala suerte. Hablar español con fluidez no es algo que ocurre un día como por arte de magia. Alcanzar tu sueño no es casualidad. No. El camino hacia la fluidez son las pequeñas acciones que haces día tras día. Las pequeñas acciones marcan la diferencia.
M:
No, figura. Hablar español con fluidez no depende de la buena o mala suerte. Todo depende de ti, de tus ganas, de tu entusiasmo, y de lo aplicado y perseverante que seas.
K:
Te deseo que pases una semana estupenda. Y nos vemos dentro de 7 días.
M:
Hasta el lunes que viene.
K:
Un beso.