219 - Costumbres de España: ¿café solo o con leche?
K:
Hay dos tipos de personas, las que adoran el café y las que no.
M:
Bueno, obviamente es una clasificación simplificada, pero es verdad que normalmente o te apasiona el café, o lo aborreces. Y es que hay mucha gente que lo consume cada día casi más por necesidad que por gusto… porque tiene un sabor amargo al que hay que acostumbrarse.
Yo soy de las personas apasionadas por su sabor, y por eso siempre que viajo me fijo en la manera que tienen de preparar y servir el café en cada país. ¿Y a ti, Karo?, ¿qué es lo que más te gusta de un café?
K:
Mmmm… definitivamente el olor. Ya sabes, cuando abres un paquete nuevo de café, ese olor es exquisito. Y como tú y yo solemos comprar el café en grano, el placer se potencia cuando lo molemos. Oh, sí, no hay cosa mejor en el mundo que el olor al café recién molido.
M:
Sí, a mí también me gusta mucho el olor de un buen café. ¿Y el sabor?
K:
Bueno, en mi caso, como no soy tan aficionada al café como tú, no siempre tengo suerte de tomar un café que me guste. Muchas veces me apetece un café, pero luego me quedo decepcionada. Especialmente si el grano tiene ese regusto de estar demasiado quemado.
M:
Un regusto es el gusto o sabor que deja una comida o bebida en la boca. Y sí, a veces me toca terminar el café de Karo, ¡jejeje!
Bien, sin duda, el café es una de las bebidas más populares en todo el mundo. La gente lo toma como desayuno, a media mañana, tras la comida, por la tarde… Para los aficionados al café cualquier momento es bueno, pero según en qué lugar del mundo residas los hábitos cambian.
K:
Cierto. Hay muchas formas distintas de pedir y disfrutar un café por el mundo. ¿Cómo nos gusta disfrutar de un café en España, Mauro?
M:
En España lo que más se pide es café solo, cortado o con leche. El café solo, o también llamado “espresso”, es un café intenso y muy corto de agua. La medida estándar son 30 mililitros. En verano también se suele pedir café con hielo, que es un café solo vertido en un vaso con cubitos de hielo. De esta manera, en verano, cuando el calor es insoportable, puedes disfrutar de tu café y al mismo tiempo refrescarte.
K:
El segundo café más popular en España de los que has mencionado es el café cortado. Cuando pides un cortado el camarero te sirve un café solo con un toque de leche.
M:
Un “toque” significa muy poco, una pequeña cantidad. También podrías decir “con una pizca de leche”. Una pizca indica también una pequeña cantidad de algo, en este caso de leche.
K:
Correcto. En cambio, si pides un café con leche el camarero te servirá una bebida de café y leche a partes iguales.
M:
Bueno, Karo, y a ti ¿cómo te gusta tomar tu café?
K:
A mi me gusta el café solo o americano. Nunca añado ni leche, ni azúcar a mi café. A veces, añado algunas especias, como canela, pero lo más normal es que me apetezca tomar café solo o americano.
M:
Un café americano es un café “espresso” rebajado con agua caliente. Y hay que decir que muchos españoles lo consideran como “aguado”. “Aguado” significa que tiene más agua de lo acostumbrado. Sin embargo, a mí también me gusta el café americano. De hecho, en cuanto al café se refiere, mis gustos coinciden con los tuyos.
K:
Hay otros cafés que la gente pide bastante en España y que no he visto en otros países. Me refiero al “café bombón” y al “carajillo”.
M:
Ah, sí. El café bombón lo eligen los golosos. Una persona golosa es alguien a quien le gustan los alimentos dulces. El “Café bombón” es fácil de preparar: es un café “espresso” con leche condensada.
K:
Aaah… La leche condensada es una leche a la que se le ha evaporado casi toda el agua y a la que se le ha añadido una importante cantidad de azúcar. Mucho azúcar. Es una leche muy espesa que se suele vender en unos tubitos o en bote grande. Me acuerdo que de niña nos comprábamos los tubitos de leche condensada y nos los comíamos así, directamente desde el tubito. Obviamente es una cantidad de azúcar tan elevada que los dientes acaban… mal.
M:
Pues sí, el “café bombón” es el café preferido por los golosos.
K:
¿Y tú, Mauro, eres goloso?
M:
Bueno, sabes que sí. Me gusta el dulce, el chocolate y las tartas caseras que tú preparas, pero no me gusta ni el azúcar ni la leche, ni la leche condensada en mi café.
K:
Coincido contigo. Sin embargo, de vez en cuando te gusta tomar un “carajillo”, ¿verdad? ¿Cómo es este café?
M:
Bueno, un carajillo en alguna rara ocasión. Un carajillo es un expreso con un toque de algún licor, como brandy, ron, anís… A veces se le añade una corteza de limón y granos de café, pero lo normal es que se le eche un chorrito de algún licor.
K:
Un chorrito significa un poco, un chorro pequeño. Un poco de brandy. Un chorrito de brandy.
M:
El carajillo, más bien, lo suelen pedir los hombres. Si una española pide un café con algo de alcohol, suele pedirlo con Baileys. Creo que simplemente lo llaman “Carajillo de Baileys”. Y esto me trae a la memoria uno de tus cafés preferidos.
K:
¿De mis preferidos? ¿Cuál?
M:
El “espresso Martini”.
K:
¡Ah, claro, el “espresso Martini”! ¡Delicioso! Claro que las recetas del “espresso Martini” difieren un poco según quién lo prepare. Lo más habitual es que lleve café, vodka y licor de café. Y se llama Martini porque se sirve en una copa de tipo Martini, de las triangulares.
Mmm… bueno, otra pregunta: ¿cuántos cafés solemos tomar, tú y yo, al día? ¿Y crees que tomamos mucho café, poco, o igual que la mayoría de la gente?
M:
Hombre, depende de la época. Actualmente creo que tomamos demasiado. Tomamos unos 2 o 3 por la mañana y luego 1 o 2 después de comer. Aunque, la verdad, para mí, cualquier momento es bueno para tomar un café.
K:
Para mí… aunque la mitad de nuestros cafés son descafeinados, sin cafeína, normalmente no me apetece tomar café pasadas las 4 de la tarde. Por la tarde, me pega más tomar un té.
Mauro, ¿necesitas café para despertarte por la mañana?
M:
No. Suelo descansar bien por la noche, sobre todo desde que nos levantamos a las 5, así que no necesito café para despertarme. Lo tomo por puro placer. Disfruto mucho de su sabor y de su olor.
K:
Dicen que “el café es MÁS que una bebida”. Hoy nos parece una de las cosas más comunes en el día a día, casi en cualquier lugar del planeta. El café ha adquirido gran importancia social y ha surgido toda una cultura a su alrededor.
M:
Cierto. El café se ha convertido casi en una “herramienta” social, tanto dentro como fuera del trabajo. La gente socializa con un café. El café te anima a entablar una conversación, te permite relacionarte y compartir opiniones. En muchas oficinas el café es un socializador muy importante: la gente se reúne alrededor de la máquina de café y pasan unos minutos unos con otros. Con un café se cierran muchos acuerdos, se hacen negocios o se comparten ideas.
K:
Sin duda, un café es la excusa perfecta para mantener una charla con la gente de tu entorno. Es la excusa perfecta para quedar con amigos y pasar toda una tarde. O para ir a visitar a tu familia un domingo. A mí, con un buen café en la mano, me gusta sentarme en alguna terraza, en silencio, y observar el atardecer.
¿Y qué opinas sobre las franquicias?
M:
Bueno, suelen tener un café de buena calidad. Aunque tú y yo no vamos mucho porque suelen ofrecer unos cafés muy dulzones… meten unos siropes empalagosos… o les meten demasiada leche... Normalmente en sitios así solemos tomar lo de siempre: un café americano.
Yo no estoy en contra de las franquicias, pero es cierto que el auge de las franquicias y la globalización está unificando los hábitos respecto al café. Por eso resulta muy interesante descubrir cómo preparan y cómo consumen el café en distintos países.
K:
Cierto. Porque cada país tiene sus costumbres, sus rarezas y sus curiosidades en torno al café. Por ejemplo, no sé si sabes, pero en Vietnam toman un café con una yema de huevo. Y en Noruega lo mezclan con licor a PARTES IGUALES.
M:
Wow, ¿a partes iguales? Muy cargadito, ¿eh? ¿Y lo toman así de cargadito por la mañana o es un café que se toman más bien por la tarde?
K:
Pues, no tengo ni idea. A ver, si alguno de nuestros oyentes es de Noruega… ¿Cuándo tomáis este café tan cargado de licor? ¿Por la mañana? ¿O lo reserváis para más tarde? Déjanos un comentario, porfa.
M:
Sí, pero, además, en los comentarios, nos gustaría que nos contaras si eres de los apasionados del café o todo lo contrario. ¿Cómo te gusta tomar tu café? ¿Necesitas café para despertarte por la mañana? ¿Quieres hablar de algún café especial o diferente que no hemos mencionado hoy y que se suele beber en tu país? Escríbenos un comentario y así aprenderemos curiosidades del fascinante mundo del café.
K:
Y para nuestros alumnos del curso “Piensa y habla en español” hemos preparado un ejercicio adicional de Activador de fluidez relacionado con el tema de este vídeo. Lo encontrarás dentro del curso, en la Unidad 5, creo.
M:
Y, antes de terminar, recordemos algo del vocabulario que hemos visto en este vídeo:
aguado
ser aficionado a algo
un regusto
un toque de
un chorrito de
una pizca de
ser muy goloso
Dulzón
empalagoso
K:
Y ahora nos gustaría saludar a uno de nuestros oyentes que nos ha dejado este fantástico mensaje:
…
K:
Gracias por compartir con nosotros tu testimonio. Estás haciendo un gran trabajo, y ahí tienes los resultados. Te admiro por tu auto-disciplina y por la constancia y el empeño con los que has luchado por tu sueño. Y lo has conseguido: hablas español con mucha fluidez, mucha soltura :)
M:
Sí, Enhorabuena, hablas estupendamente. Eres una inspiración para nosotros y espero que tu ejemplo sirva también de inspiración para muchos oyentes.
K:
Nos emociona cuando nuestros oyentes nos demuestran cuánto han mejorado con nuestros cursos y podcasts dejándonos estos testimonios en audio. Nos hace mucha ilusión recibir vuestros audios y vídeos. Y cada vez que uno de nuestros alumnos alcanza su sueño de hablar español con fluidez, lo celebramos. Porque, como digo siempre: campeón, puedes conseguir todo lo que te propongas. Repítelo cada mañana: Puedo conseguir todo lo que me proponga.
M:
Sí. Puedo conseguir todo lo que me proponga.
K:
Volveremos a conectar la semana que viene. Mientras tanto, te deseo que tengas una semana magnífica y súper productiva.
M:
Hasta el lunes que viene, figura.
K:
¡Un beso!