208 - ¿Por qué los gatos son tan raros?
Hola, tesoro. Hoy te traigo un podcast un poco distinto, quizás. Hoy te traigo un artículo, o más bien una charla de TEDtalks muy curiosa, que puede servir de pretexto para practicar tu español. Porque de esto trata Español Automático, ¿verdad? De pasar del estado pasivo de solo entender español, al estado activo de hablar español con facilidad y sin esfuerzo.
Y recuerda que, para ayudarte a comprender el capítulo de hoy, hemos preparado la transcripción y las flashcards. Los links están debajo, en la descripción.
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De pequeña tenía unos gatitos en casa, y nos encantaba jugar con ellos y observar cómo usaban cualquier superficie de la casa como si fuera un campo de batalla. Y a mi madre… claro… le sacaban de quicio los gatos. ¡Qué mosqueo tenía con los dichosos gatos! Cada vez que encontraba un jarrón roto en mil pedazos o las cortinas hechas trizas, los perseguía. Nuestros gatos eran muy traviesos, y siempre haciendo fechorías.
Entonces, ¿por qué los gatos hacen lo que hacen? Bueno, para empezar los gatos son muy monos, ¿verdad? Son adorables, y a juzgar por los 30 mil millones de visitas de más de 2 millones de videos en YouTube de gatos saltando, brincando, trepando, escalando, arañando, husmeando y ronroneando, una cosa es segura: los gatos son muy graciosos. Y resulta muy entretenido observarlos.
El comportamiento felino un tanto desconcertante a la par que divertido y extraño, nos insta a preguntarnos: ¿Por qué los gatos hacen eso? ¿Por qué se comportan como se comportan?
Si observamos a los tatarabuelos de los gatos, sabemos que los gatos fueron al mismo tiempo depredadores de animales pequeños y presas de carnívoros más grandes. Los gatos eran a la vez depredadores y presas. Por tanto, la supervivencia de su especie dependía de comportamientos instintivos muy específicos que podemos observar todavía en los gatos domésticos y salvajes de la actualidad.
Y mientras que ciertos comportamientos de tu gatito, llamémosle Garfield, resultan desconcertantes, en la naturaleza estos mismos comportamientos convierten a tu Garfield en un gato invencible. Al margen, diré que dichos comportamientos han sido perfeccionados a lo largo de millones de años. Generación tras generación, los gatos han ido optimizando sus estrategias para sobrevivir en la naturaleza.
Por ejemplo:
su estructura muscular única y su sentido del equilibrio le permiten subir a lugares muy altos para observar el territorio y divisar a sus presas. Hoy tu querido Garfield no necesita cazar, porque le compras una lata de comida para gatos deliciosa. Pero, instintivamente, se sube a los muebles y estanterías para vigilar sus dominios y divisar los posibles peligros a tiempo.
Y ¿cómo depredadores? Bueno, si se presenta la oportunidad, los gatos no dudan ni un instante y se lanzan para atrapar a su presa. Hace miles de años, como la mayoría de sus presas eran pequeñas, los gatos silvestres tenían que acechar y abalanzarse sobre sus presas para atraparlas. Y las presas pequeñas no saciaban su hambre durante mucho tiempo, así que los gatos tenían que comer muchas veces al día. Por eso, Garfield prefiere perseguir y saltar sobre los juguetes pequeños y comer pequeños bocados a lo largo del día y de la noche.
Además, las pequeñas presas suelen ocultarse en la naturaleza en espacios diminutos, y por eso Garfield tiene tendencia a meterse en recipientes, huecos y orificios pequeños. Porque sigue teniendo la misma curiosidad que le ayudó a asegurar la continuidad de su especie durante millones de años.
¿Y qué pasa con los sofás y las cortinas hechos trizas? Es obvio que los gatos salvajes necesitan garras afiladas para escalar, cazar y defenderse. Afilar sus garras en superficies cercanas las mantiene listas para usar en cualquier momento. Además, estar afilando las garras es un buen ejercicio para estirar los músculos de la espalda y de las piernas. Por eso, a pesar de lo que creía mi madre, Garfield no odia el sofá, ni los sillones, ni las almohadas, ni las cortinas. Así que, no te mosquees con tu gato, porque tu gato rasga esas cosas y las deja hechas trizas para mantener sus garras en plena forma. Vamos, Garfield lo lleva en la sangre, porque es exactamente lo que hacían sus antepasados para sobrevivir.
Pero no olvidemos que los gatos también fueron presas y, como tal, evolucionaron para no ser atrapados. Es por eso que, en tu casa, Garfield es un experto en meterse en espacios pequeños y esconderse en lugares poco convencionales. Seguro que has visto a algún gato capaz de apretujarse, contorsionarse y doblarse de tal manera que cabe dentro de un jarrón. Eso sí, siempre y cuando no lo rompa antes. ¡jejeje!
Eso también explica por qué prefiere una caja de arena limpia y que no apeste. ¿Por qué? Pues porque si su caja de arena huele bien es menos probable que delate su ubicación a cualquier depredador que pudiera husmear en las inmediaciones.
Sin embargo, hay un comportamiento gatuno misterioso que nos deja a todos anonadados: el ronroneo. ¿Por qué los gatos ronronean? Es un misterio sin resolver. Los gatos pueden ronronear por varias razones: por felicidad, por estrés o por hambre. Pero, curiosamente, la frecuencia de sus ronroneos, está entre 25 y 150 Hertzios. Lo impresionante es que este rango de Hertzios promueve la regeneración de tejidos. Sí, sí. Has oído bien: la regeneración de tejidos. Por tanto, el ronroneo que parece tan adorable, también puede curar y restaurar sus músculos y huesos, y quizás… solo digo quizás, los tuyos también.
Resumiendo, los gatos se han especializado a lo largo de generaciones y generaciones como depredadores solitarios que cazaban y mataban para comer. Y, como presas, se han servido del sigilo y del arte de ocultarse para sobrevivir. Hoy, los gatos conservan muchos de estos instintos que les permitieron prosperar en la naturaleza durante millones de años. Esto explica algunos de sus comportamientos aparentemente extraños. Para los gatos, nuestras casas son sus selvas. ¿Y nosotros? ¿Cómo nos ven los gatos? ¿Quiénes somos nosotros para ellos? ¿Gatos grandes, mudos, sin pelo que compiten con ellos por los recursos? ¿Depredadores muy tontos a los que pueden vacilar todos los días? ¿O quizás piensan que somos sus presas? ¿Qué opinas, tesoro? Déjanos un comentario, y a ver si juntos resolvemos este misterio.
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Tesoro, muchas gracias por acompañarme una semana más. No te olvides de darle el pulgar arriba, LIKE, para apoyar nuestro canal.
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Escucha lo que dicen los alumnos tras aplicar las recomendaciones de nuestra guía:
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¡Bravo, Christine! Me enorgullece que haya alumnos valientes y perseverantes que aplican nuestras recomendaciones y que, todos los días, poco a poco, paso a paso se acercan a su sueño de hablar español con naturalidad y sin esfuerzo. ¡Bravo, buen trabajo, Christine! Los sueños al principio parecen imposibles. Pero gracias a la perseverancia y práctica diaria llegamos a la meta final.
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Y recuerda: el mundo pertenece a los valientes. Así que, sigue adelante, persevera.
Nos volveremos a ver la semana que viene. Un beso.