202 - La increíble historia del imperfecto
M:
Este vídeo blog es un poco diferente de los que hacemos normalmente. Y es que hoy nos proponemos ayudarte a dominar el tiempo verbal “imperfecto de indicativo”. A dominar el imperfecto para que lo uses correctamente y cometas menos errores.
K:
Tesoro, hemos creado este canal para proveerte con un contenido en español hablado de forma natural para que puedas crear inmersión en tu vida. La inmersión es necesaria si quieres dominar el idioma, así que debes escuchar audios en español constantemente, todos los días. Por tanto, suscríbete a nuestro canal YouTube, suscríbete a nuestro podcast para seguir recibiendo nuevos vídeos y audios cada semana. Y de esta manera crear la inmersión necesaria para llegar a hablar español con facilidad y sin esfuerzo.
M:
Y hablando de audios… Me gustaría recordarte rápidamente que hace 2 semanas, publicamos un podcast solo en AUDIO, y lo puedes encontrar en plataformas tipo Spotify, iTunes, Stitcher etc. En dicho AUDIO-podcast escucharás una conversación que mantuvimos Karo y yo sentados tranquilamente. Nos escucharás hablando de temas diversos, divagando más bien, hablando de forma natural y despreocupada
K:
Charlamos sobre cómo empecé a leer libros de texto en español. Sobre literatura. Sobre la suerte que tuve en la Universidad porque muchos de mis profesores eran escritores, bueno, lo SON, porque siguen vivos (espero). Tuve la gran suerte de estudiar literatura de la mano de escritores excelentes.
M:
Campeón, si quieres escucharlo, lo encontrarás en tu plataforma favorita de podcasts. Pero este AUDIO-podcast es especial también por otra razón. Y parece increíble, pero ha sido nuestro podcast número 200.
K:
¡Sí! Increíble, ¿verdad? 200 capítulos ya. Es un hito, un objetivo más que hemos conseguido todos juntos. Sí, sí. Digo todos juntos porque sé que hay oyentes que nos escuchan y ven ahora mismo que están con nosotros desde el principio. Es decir, desde el nacimiento del podcast en abril de 2016. Así que, tesoro, hemos recorrido mucho camino juntos. 200 capítulos… Es… ¡Wow! Alucinante. Gracias por estar ahí, al otro lado de los auriculares o de las pantallas. Gracias por formar parte de esta locura llamada Español Automático.
M:
Pero eso no es todo, porque hemos superado un hito más. Hemos conseguido el segundo objetivo con nuestra tribu Patreon. Sí, hemos llegado al segundo escalón.
K:
Gracias, querido Patreon, por tu confianza y apoyo. Con tu aportación podré hacer un curso para profesionales de voz para hacer mejores podcasts. Mauro ya lo hizo, y yo me reservo las Navidades para hacerlo. Como sabes, dominar el arte del micrófono y editar la voz de forma profesional siempre ha sido mi sueño. Y obviamente, dominar la voz beneficiará a toda la comunidad de Español Automático, porque cuanto mejor sea el sonido de los podcasts, pues mejor para ti. Más placentero te resultará estudiar con nosotros.
Una vez más, gracias, querido Patreon, por tu apoyo. Y si tú también quieres apoyar nuestro trabajo y nuestros esfuerzos, lo puedes hacer en el link que ves arriba en este icono “i” (información). La donación es totalmente libre, puedes aportar $3, 5, 10 o la cantidad que quieras. Puedes también parar cuando quieras, con un simple click. Todo depende de ti. Te animo a que te unas a nuestra tribu, porque cuantos más seamos, más diversión.
M:
De acuerdo, y ahora pasemos al tema que nos ocupa hoy. Por el título del vídeo sabes que vas a aprender cosas sobre el tiempo imperfecto, pero de otra forma. Porque lo vas a aprender con storytelling. Con una historia.
K:
En el blog “Le français dans le monde” encontré una historieta muy graciosa sobre el tiempo verbal llamado “el imperfecto”. Te dejaré el link en la descripción del programa para que puedas ver el original.
Total, me divertí tanto leyéndola que decidí adaptarla al español. Y digo adaptarla, porque hay ciertas diferencias entre el francés y el español, por tanto, tuve que cambiar algunas cosas y añadir otras. Y el resultado es esta historieta que oirás a continuación.
M:
¿Por qué decidimos traerte esta historia a Español Automático podcast? Porque, si conoces nuestro curso gratuito de las 7 leyes para hablar español como un nativo, sabrás bien que recomendamos mucho aprender a través de historias, de storytelling, y de Multi-historias, porque de esta manera nuestra mente aprende más rápido. Por qué ocurre así, por qué aprendemos 5 veces más rápido con las historias, Karo lo explica en uno de los vídeos del curso de las 7 leyes. Si quieres saberlo, aquí arriba tienes el link para verlo.
K:
De acuerdo. ¿Listo? Empezamos.
K: Érase una vez un tiempo verbal que no era demasiado guapo y que cometía muchos errores. Todos se dieron cuenta enseguida y empezaron a llamarlo "el imperfecto".
M: —¿Por qué todos me llaman imperfecto? ¿Es que soy un tonto o qué? —dice el imperfecto visiblemente azorado.
K: —¡No, claro que no! ¡No los escuches! ¡Nadie es perfecto! —responde el tiempo presente.
M: —¡Mi abuelo, era perfecto! ¡Era incluso más que perfecto! ¡Era pluscuamperfecto!
K: —Es verdad. Era una personalidad ilustre.
M: —Mi yayo, más que perfecto… Recuerdo a mi abuelito pluscuamperfecto… Era increíble: lo había logrado todo antes que los demás. Había caminado sobre la luna antes que Armstrong, había inventado la imprenta antes que Gutenberg.
Junto a mi yayo, yo soy pésimo, ¡menos que nada! ¡Un cero a la izquierda! De niño me esforzaba mucho en la escuela, pero siempre sacaba malas notas. Estaba enamorado de algunas chicas, pero ninguna estaba interesada en mí. También practicaba deportes. Por ejemplo, jugaba al tenis. Pero siempre perdía. ¡Soy tan imperfecto!
K: —Pensar así te perjudica, chaval. Vive el momento presente. ¡La clave de la felicidad está en el ahora! —dijo el tiempo presente.
El imperfecto estaba devastado. Todas las noches tenía la misma pesadilla. Noche tras noche soñaba que estaba sobre un escenario y que todos se reían de él:
M: —Pero, ¿de dónde viene este tiempo verbal?
K: —¡Qué feo!
M: —Y, además, no dice nada. ¿Se te ha comido la lengua el gato, guapo?
K: El maestro de ceremonias manda al público callar: ¡Silencio! ¡Callaos! ¡Un poco de respeto, por favor!
Y luego se dirige al imperfecto:
— Joven, ¿conoces el futuro?
M: — No señor, no lo conozco.
K: —¿Y qué te parece el presente?
M: —Realmente no tengo una opinión.
K: —¿Recuerdas el pasado?
M: —Oh, sí. Sobre todo, recuerdo las cosas habituales. Por ejemplo, cuando era niño, iba a la escuela todos los días, me levantaba a las 7, me lavaba los dientes, me duchaba… Luego desayunaba un chocolate caliente y me iba a la escuela en mi bicicleta.
K: —¡Bien! ¡Describir hábitos en el pasado es muy útil! Bueno, antes mencionaste a tu abuelo ¿Podrías describir a tu abuelo?
M: —¡Oh, sí! Mi abuelo era una persona muy elegante. Hablaba con voz suave, pero firme, y siempre decía cosas inteligentes. Es que mi abuelo leía muchos libros. Y vivíamos juntos en una casa grande. ¡Ah! ¡Qué tiempos aquellos! ¡Era una época mágica para mí!
K: —Veo que puedes describir cosas y personas, eso está genial. ¿Y podrías describir un contexto?
M: —Lo voy a intentar. ¿De qué quiere Ud. que hable?
K: —De tu abuelo. ¿Cómo conoció a tu abuela?
M: —¡Es una historia graciosa! Se va a desternillar de risa cuando se la cuente. Mis dos antepasados viajaban en el mismo barco. Mi abuelo leía una enciclopedia porque era un erudito. Era muy avispado. Mi abuela miraba el mar porque era una soñadora empedernida. ¡Y entonces… ¡Huy! el impacto fue brutal!
K: —¿El impacto? ¿El flechazo, quieres decir? —se extraña el maestro de ceremonias.
M: —No, el impacto en sentido literal… porque mi abuelo, que caminaba con la nariz metida en los libros, no había visto a mi abuela. Chocó con ella ¡y ambos cayeron al agua! Afortunadamente, los marineros estaban allí para salvarlos.
K: —¡Increíble! —exclama el maestro de ceremonias impresionado. Pero el público abuchea:
M: —¡Mentira! ¡No ocurrió así! —grita sulfurado el pretérito indefinido.
K: —¡Silencio! —vocifera el maestro de ceremonias. Y después, con la voz serena se dirige al imperfecto:
—Muchacho, ya nos has dicho lo que sabes hacer. Ahora dinos, ¿cómo te vas a construir?
M: —¿Construir? ¿Qué quiere decir con “construir”?
K: —Chaval, tienes que decidir cómo vas a conjugarte— interviene el infinitivo—. Todos los tiempos verbales tienen que tomar esta decisión algún día de su vida. Tienes que escoger dos cosas: la raíz y las terminaciones. Mira, si quieres, puedes usarme a mí como tu raíz, pero no te olvides de quitar -AR, -ER e -IR.
Así es como el imperfecto eligió su raíz: infinitivo sin las terminaciones -ar, -er, -ir.
El maestro de ceremonias continúa contentísimo:
K: —Ahora que tienes tu raíz, tienes que elegir las terminaciones. Pero, tú tranquilo: procederemos paso a paso. Para el pronombre personal YO, ¿qué terminación quieres?
M: —No lo sé.
K: — ¡Venga, hombre! ¡Que parece que tienes horchata en las venas! Venga, escoge tres letras al azar— se exaspera el maestro de ceremonias.
M: —En ese caso, me gustaría terminar en “-ABA”.
K: —Vale. Ahora elige la terminación para TÚ.
M: — “-ABAS”.
K: — Bien, ¿y para ÉL / ELLA?
M: —Hmm… “-ABA”.
K: —¿¡De nuevo!?
M: —¿Cómo que “de nuevo”?
K: — Pues ¡Ya lo has dicho con la primera persona, YO!
M: —Ah, ¿sí? Lo siento, mi memoria no es muy buena.
K: —Bueno, no es para tanto. Mantengamos “-ABA”. Ahora, vamos con el plural. ¿Para NOSOTROS?
M: — “-ÁBAMOS”
K: — ¿VOSOTROS?
M: — “-ÁBAIS”.
K: —¿ELLOS / ELLAS?
M: — “-ABAN”.
K: — Perfecto. Lo tengo apuntado. Y dinos, ¿siempre te conjugas así?
M: —No, solo con los verbos en “-AR”— responde el imperfecto, que empieza a divertirse con esta entrevista.
K: —Pero… ¿Y qué pasa con el resto? ¿Con los verbos que terminan en -ER e -IR?
M: —Estos tendrán otras terminaciones.
K: —¡Oye! ¡Qué ganas de complicarnos la vida!, ¿eh?
M: —¿Yoooo? Si alguien nos complica aquí la vida es este tipejo al que llaman “el subjuntivo”. A este sí que habría que darle de comer aparte.
K: —¡Jejeje! En esto tienes razón. Pues, ¿cómo terminan los verbos en -ER e -IR?
M: — -ía, -ías, -ía, -íamos, -íais, -ían.
K: — Bien, tiene rima y todo… Pues, ya lo tenemos todo. ¡Ah! Casi se me olvida: ¿cómo te llamas?
M: —Yo… Yo soy… Hmm… No tengo un nombre, aunque todo el mundo me llama “el imperfecto”.
K: — Hmm… Ese no es un apodo muy bonito que digamos…
M: —No. ¿Y qué tal si me llamo “el increíble”?
K: —Hombre, sin ánimos de ofenderte, pero creo que “imperfecto” te sienta mejor. Además, la gente ya te conoce por ese nombre.
M: Finalmente, el imperfecto aceptó su nombre, muy a su pesar.
Sin embargo, hoy, “el imperfecto” es famoso en todo el mundo. Aparece en todos los libros de gramática. Y está muy presente en todas las historias, novelas y anécdotas, ya que describe personas, cosas, contextos e incluso hábitos y rutinas en el pasado.
Además, lo puedes encontrar en los contextos que exigen un trato cortés. Sí, sí, el imperfecto es un tiempo verbal muy útil, así que recuerda usarlo correctamente.
M:
Campeón, esperamos que te haya gustado esta pequeña historieta. Escúchala varias veces, seguro que te ayudará a dominar el “imperfecto de indicativo” y usarlo correctamente a partir de ahora.
K:
Y escúchala varias veces HOY. Ayer dijiste: “mañana”. ¡No más! Hoy es el mejor día para empezar a cambiar tu vida. ¡Dale caña a tu español!
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K:
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M:
Hasta el lunes que viene.
K:
Un besazo.