123. “Matar el gusanillo”
K:
Estoy hambrienta.
M:
Ya, pues comemos en 2 horas.
K:
¡Uf! No puedo esperar tanto. Voy a comer algo para matar el gusanillo.
…
M: ¿Matar el gusanillo? ¿Sabes qué significa esta frase tan curiosa y divertida? Quédate con nosotros, que enseguida te lo contamos.
K:
Buenas, encanto. A por una nueva semana, un nuevo objetivo, un nuevo día, pero con las mismas ganas de cumplir el sueño de siempre: hablar español como un nativo.
M:
Buenas, figura. Después del fin de semana toca volver al estudio. En el vídeo de hoy vamos a explicar una nueva expresión que pertenece al lenguaje coloquial: matar el gusanillo.
K:
Supongo que a estas alturas sabes qué significan el verbo MATAR y el artículo EL, ¿verdad?
M:
Pero, ¿GUSANILLO? ¿Sabes qué significa? En primer lugar, gusanillo es un diminutivo de la palabra el gusano. Por tanto, GUSANILLO está formado por GUSANO y el sufijo -ILLO. Vaya, que es un gusano pequeño.
K:
Un gusano es un animal invertebrado, es decir, que no tiene huesos, vértebras. Específicamente, las vértebras son los huesos de nuestra columna… “vertebral”. Un gusano es un animal pequeño de cuerpo cilíndrico, y no tiene extremidades, es decir, que no tiene patas. Si tuviera patas sería una clase de bicho, pero el animalejo del que hablamos hoy es un gusano.
M:
Correcto. El gusano tiene un cuerpo cilíndrico, blando y, por lo general, se alimenta de las hojas de las plantas. Unos sinónimos de gusano son la oruga o la lombriz.
K:
El hombre siempre ha sabido sacar provecho de los gusanos.
Sí, sí, por ejemplo, los gusanos de seda o los gusanos que tu padre se lleva cuando se va de pesca.
Así que, los gusanos son unos animales súper útiles. Entonces, ¿por qué narices decimos que queremos matarlos?
M:
Hoy en día, cuando decimos ‘matar el gusanillo’, lo hacemos para referirnos a comer alguna cosa pequeña entre horas, a media mañana o por la tarde, para calmar el hambre hasta que llegue la hora de comer.
‘Matar el gusanillo’ significa saciar el hambre de forma puntual, picoteando, tomando un aperitivo, comiendo un pincho u otro tentempié. Pero, curiosamente, en los tiempos de nuestros abuelos y bisabuelos, ‘matar el gusanillo’ significaba echar un trago de aguardiente.
K:
¿Sabes qué es el aguardiente? El aguardiente es una bebida alcohólica de alta graduación. El aguardiente es muy fuerte, así que, hay que tener cuidado para no emborracharse rápido al beberlo.
M:
Y es que, en los tiempos de nuestros abuelos, la gente creía que cuando a una persona le rugían las tripas no era por hambre, sino porque tenía parásitos en el estómago. A cada uno de esos parásitos se les llamaba coloquialmente «gusanillo».
K:
Y como el alcohol es un gran desinfectante, pues ¡qué mejor manera de deshacernos del gusano que bebiendo! Se creía popularmente que con el aguardiente se podía matar al gusano, o al menos adormecerlo, atontarlo o engañarlo por cierto tiempo.
M:
Por tanto, cuando alguien sentía que le rugían las tripas, se le recomendaba dar un trago de aguardiente para combatir al gusanillo. Con el paso del tiempo y con los avances de la medicina, la gente se enteró de que dicho gusanillo nunca había existido. ¡Vaya! ¡Que era un cuento chino! Pero la expresión ha sobrevivido hasta nuestros días en el lenguaje coloquial.
K:
¿Y por qué decimos ‘matar el gusanillo’ cuando queremos aplacar el hambre? Hay varias teorías al respecto.
Si estás aprendiendo español y te interesa todo lo relacionado con España, supongo que sabes que en España tenemos un horario de comidas bastante diferente al del resto de Europa. Se suele comer sobre las 2, pero la cena suele ser muy tarde, sobre las 10 de la noche.
M:
Y… claro, son muchas horas. Y, a media tarde, uno empieza a sentir un hormigueo en el estómago, las tripas empiezan a hacer ciertos ruidos… aquí decimos que nos rugen las tripas.
K:
Y a veces, el rugido es tal que más que un gusanillo parece que tenemos un dragón encerrado en nuestras tripas. ¡jejeje! Además de los sonidos varios que producen las tripas, puede que tengas una sensación de cosquilleo y un vacío estomacal como un agujero negro que te pide que le des de comer.
M:
Y, para no desmayarte, decides comer algo para matar el gusanillo.
K:
Hay otro posible origen que se remonta hasta la Edad Media. Y es que, en la Edad Media el desconocimiento sobre cómo funciona el cuerpo humano era colosal. Por tanto, aparecían diferentes supersticiones, creencias y mitos que intentaban explicar los misterios del ser humano. Una de estas creencias decía que en nuestro interior teníamos una especie de gusano malvado, llamado el “gusano del hambre”, que cuando tenía apetito provocaba una especie de cosquilleo estomacal. También se creía que dicho “gusano del hambre” nos chupaba la sangre y se comía todo el alimento que una persona ingería.
M:
Pero… ¡es más! El malvado gusano se zampaba toda la comida de nuestro interior por la noche, mientras uno dormía. De ahí que se creyera que nos despertamos con hambre por culpa del gusanillo. Así que, por la mañana, al despertar convenía exterminar a la bestia con aguardiente.
M:
En la Edad Media no se comía con regularidad que digamos. La gente pasaba mucha hambre, y así nació la leyenda del “gusano del hambre”.
K:
España es famosa por su buena cocina, por sus platos exquisitos y por su dieta mediterránea.
M:
Y, como consecuencia, la lengua española es extremadamente rica en expresiones referidas a la comida y la bebida. Hoy hemos visto la expresión: matar el gusanillo. Pero también existe: entrar el gusanillo. Por ejemplo: Me ha entrado el gusanillo, así que voy a comerme un sandwich.
K:
Otra expresión que puedes usar cuando tengas hambre es: tengo un poco de gula. La GULA es un apetito desmedido de comer y beber. Mauro a veces dice: “Mmm… tengo un poco de gula” ¡jejeje!
M:
Y cuando alguien no controla la gula, se dice que es un comilón, un glotón, un tragón o un saco sin fondo. Lo mejor es verlo con ejemplos:
¡Qué niños más comilones!, después de la merienda aún pedían más helados.
K:
Niño, no seas glotón y deja algo de tarta para tu hermana.
M:
Oye, el tragón de tu hermano ya lleva dos bocadillos.
K:
Será difícil que Silvia adelgace, porque es un saco sin fondo.
M:
Y cuando tienes hambre puedes usar estas expresiones: rugir las tripas, sonar las tripas, tener hambre, morirse de hambre, tengo un hambre que me comería… Veamos algunos ejemplos:
Tengo un hambre que me suenan las tripas.
K:
En medio de la reunión del mediodía me empezaron a sonar las tripas.
M:
¡Qué hambre tengo! ¿Hay algo para papear en casa? (coloq. papear = comer)
K:
Me rugen las tripas. Me comería un pincho o un bocata.
M:
Tengo un hambre que me comería una vaca.
K:
Tengo un hambre que me muero.
M:
Me muero de hambre. No he comido nada antes. Estaba tan nervioso por la reunión que ni me he acordado de comer, pero ahora me comería un caballo.
K:
Voy a ver si mato el gusanillo con unas galletas.
M:
He pasado al lado de la pastelería de Mari Luz y me ha entrado el gusanillo.
K:
Ahora bien, supongo que te habrás dado cuenta de que “me ha entrado el gusanillo”, en este contexto significa más bien apetecer, desear o entrar ganas de: “He pasado al lado de la pastelería de Mari Luz y me ha entrado el gusanillo de comer algo dulce”. Es decir, de repente se me ha despertado el hambre y me han entrado ganas de comer. Pues, con este mismo sentido de “APETECER” se empezó a usar esta expresión para hablar de aficiones y pasatiempos. Veamos algunos ejemplos:
M:
Me ha entrado el gusanillo de hacer películas porque a mi hermana le han regalado una GoPro y hace unos vídeos chulísimos.
K:
Me ha entrado el gusanillo de viajar después de ver un reportaje de National Geographic sobre Australia.
M:
Después de leer la novela “La Catedral del mar”, me ha entrado el gusanillo de ir a verla por dentro.
K:
Mauro, no tengo cámara, pero me ha entrado el gusanillo de hacer fotos. ¿Qué cámara me recomendarías?
M:
Me ha entrado el gusanillo de hacer esquí de travesía y estoy pensando en hacerme con un equipo.
K:
Encanto, creo que en el vídeo de hoy te hemos dado muchos ejemplos con los que puedes practicar la nueva expresión. Recuerda que la repetición es la clave, así que, vuelve a ver el mismo vídeo varias veces. De esta manera tu mente absorberá la nueva expresión con facilidad y sin esfuerzo.
M:
Y, dinos en los comentarios si en tu lengua materna existe una expresión parecida o equivalente, ¿vale? Nos gustaría saberlo.
K:
Espero que hoy hayas aprendido mucho y que uses la nueva expresión: “matar el gusanillo”. Recuerda que puedes descargar la transcripción de este capítulo totalmente gratis. Te dejamos el link en las notas del programa de hoy. Y si quieres las transcripciones de varios capítulos, las puedes descargar en bloques de 10 en 10 desde nuestra página de Gumroad. Puedes acceder aquí arriba, y también te dejamos el link.
M:
Y, antes de terminar el vídeo, no puede faltar una cita motivacional, ¿verdad?
K:
¡Pues claro! La cita es de Oliver Wendell Holmes que dijo:
“La mente humana, una vez ampliada por una idea nueva, nunca recobra sus dimensiones originales.”
M:
“La mente humana, una vez ampliada por una idea nueva, nunca recobra sus dimensiones originales.”
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K:
Oye, la metáfora del gusano rondando por nuestras tripas no deja de ser curiosa y divertida, ¿no?
M:
¡Ya te digo! Y hablando de comer… voy a ver qué hay en la nevera.
K:
Oye, ¡espérame, que a mí también me rugen las tripas!