60 - HABLAR ESPAÑOL CON NATIVOS: CONTAR HISTORIAS
¿Te ha pasado alguna vez que cuentas un chiste y nadie se ríe? ¿O incluso se ríen de lo malo que es el chiste?
¡Qué situación más vergonzosa! ¡Te sientes como un tonto! Pero, ¿sabes una cosa? Aunque el chiste sea malo, si lo sabes contar, la gente se reirá, la gente se partirá de risa.
Hoy te daré algunas claves para que puedas captar la atención de las personas con las que hables en español, gracias a las historias. Porque, como dijo Robert McAffe Brown: “Contar historias es la forma más poderosa de poner las ideas en el mundo de hoy”.
Además, hoy tengo para ti la transcripción del podcast y un súper freebie. Todo esto después del jingle.
Hola, encanto. Bienvenido a una nueva temporada de Español Automático Podcast. ¿Qué tal te lo has pasado en agosto? ¿Bien o súper bien? Sea como fuere, espero que hayas podido recargar las pilas, que hayas descansado, y que vuelvas con fuerzas y muchas ganas para comerte el mundo.
Hoy hablamos de historias, de cómo contarlas para que los demás te escuchen, e incluso se rían de tu historia. No es fácil, especialmente en una lengua que no es la tuya, que no es tu lengua materna, pero espero que después de oír el capítulo de hoy, te sea más fácil provocar carcajadas a las personas con las que hables.
Querido oyente, seguro que puedes pensar en algún cómico que te hace reír por su manera de contar las cosas, aunque lo que cuente no tenga demasiada gracia en sí misma. A mí me vienen a la mente dos cómicos españoles, muy distintos entre sí: Chiquito de la Calzada y Eugenio.
Chiquito es muy peculiar. Se inventa palabras, hace gestos ridículos y locuras tan descabelladas que no puedes evitar soltar una carcajada. Todas esas cosas que hace ni siquiera tienen nada que ver con lo que está contando. Por cierto, si se te ocurre buscarlo en YouTube, no te preocupes si no entiendes lo que dice. Las cosas que dice son una locura indescifrable.
En cambio, Eugenio, era todo lo contrario. Estaba sentado en un taburete en el escenario, fumando, y contaba los chistes totalmente serio, sin mostrar ninguna emoción. Cuando terminaba los chistes, se quedaba en silencio sin hacer nada, impasible. Esto desataba las carcajadas del público.
Son dos estilos de narración totalmente distintos. Opuestos incluso, pero con un mismo objetivo: hacer reír.
Tú, querido oyente, como estudiante de idiomas que eres, entre otras cosas, tienes el deseo de comunicarte con los demás. Y sentirse ignorado... sentir que no te escuchan, es desagradable. Pero esto es algo que a todos nos ha pasado alguna vez. Todos los que hablamos idiomas extranjeros hemos pasado por ahí.
Pero en tu propio idioma, seguro que te también te pasado. Por ejemplo, quizás le estabas contando a tu madre lo que hiciste este fin de semana, y te diste cuenta de que no te estaba escuchando. O, tal vez, le decías a un amigo lo que opinabas sobre ese nuevo presidente o sobre la comida saludable, pero él estaba mirando su Instagram o escribiendo un WhatsApp. O mientras le contabas algo a alguien, otra persona os interrumpió con algo que no tenía nada que ver, y no pudiste concluir lo que estabas diciendo.
Querido oyente, si esto es algo que a veces te pasa en tu lengua materna, imagínate en otro idioma.
Seguro que has conocido extranjeros que están aprendiendo tu lengua, pero que no la dominan. Para poder entenderlos tienes que prestar el 100% de tu atención, y, los pobres, tardan demasiado tiempo en explicar sus ideas, incluso las más simples. Si estás ocupado o si tienes prisa, es fácil perder la paciencia. Y eso te podría pasar a ti cuando hables en español con nativos, así que vamos a ver qué puedes hacer para evitarlo.
Antes he hablado de los chistes. Piensa en una cosa, encanto: ¿qué ocurre cuando alguien cuenta un chiste? Que todo el mundo escucha. A lo largo de tu vida, seguro que has oído chistes muy graciosos y chistes sin ninguna gracia. Chistes bien contados y chistes mal contados. Incluso chistes largos y aburridos. Pero, aun así, todo el mundo sigue escuchando. ¿Por qué?
Por la expectativa.
Cuando escuchamos un chiste, estamos esperando el final, algo gracioso. Creemos que al final habrá algo que valga la pena, y por eso seguimos atentos, aunque nos estén aburriendo.
Sabemos que un chiste solo dura unos pocos minutos, así que estamos atentos, aunque no nos esté gustando el chiste.
En cambio, si estamos viendo una película, sabemos que nos va a ocupar una hora y media o más. La expectativa de un buen final no es suficiente para mantener la atención todo el tiempo. Entonces, a veces las películas o las historias largas encadenan varias expectativas una tras otra, y así consiguen mantener la atención del espectador hasta el final. Por ejemplo, la película “Seven” tiene una sucesión de intrigas, cada una de ellas relacionada con los 7 pecados capitales.
Y bueno… no siempre es una sucesión de intrigas; también es habitual encontrar una sucesión de aventuras, como en La Odisea, o en El señor de los anillos. Así que la pregunta es: ¿cómo podemos generar una expectativa o una sucesión de expectativas en nuestra narración?
Andrew Stanton, un director de cine para Pixar, dice que en la narración hay que conocer el broche final, saber que todo lo que se dice conduce a una meta y que esa meta revela una verdad que nos ayuda a comprendernos mejor como humanos. Este es otro tipo de expectativa; no es algo gracioso, ni una intriga, ni una aventura. Es la expectativa de una enseñanza.
Es lo que ocurre con las historias zen. Has oído hablar de las historias zen, ¿verdad? Pues cuando nos cuentan una historia zen, ya sabemos que va a haber una importante enseñanza, y eso suele ser suficiente para captar nuestra atención.
Cuando intentamos comunicarnos mediante historias, tenemos muchas ventajas. Las historias despiertan la imaginación. El oyente puede recrear toda la escena en su cabeza, con todo lujo de detalles. Rellenará la información que falta con aquello que él necesita para entender la historia. Entonces, el oyente permanece atento, y se mete dentro de la historia, y la vive con todos sus sentidos.
La atención que despiertan las historias compensa el no dominar un idioma. Y no me refiero únicamente a extranjeros. Hay personas que por sus circunstancias tienen un bajo nivel cultural, y tienen muy poco dominio de su propio idioma. Pero las historias han sido contadas en cualquier civilización, incluso han sido transmitidas por personas que no sabían leer ni escribir, y que apenas conocían 500 palabras en su lengua materna.
Querido oyente, transmitir experiencias o emociones es más fácil utilizando historias. Las historias nos ayudan a comprender, y también a aprender. Por eso enseñar a través de las historias, a través del storytelling, es uno de los pilares de las 7 leyes de Español Automático, y lo aplicamos, por supuesto, también en nuestros cursos. Si quieres saber más sobre las 7 leyes, puedes ir a espanolautomatico.com/7leyes
Encanto, ¿te acuerdas de los libros de historia de la escuela? En esos libros no cuentan historias, sino que enumeran una sucesión de acontecimientos. Fechas, nombres, batallas, epidemias, … Toda la información es importante. Y la mente no tiene descanso mientras estudia estos libros. Hay que detenerse después de cada párrafo y hacer un esfuerzo para colocar esa información en un contexto, en una imagen mental. Si el lector no crea esa imagen mental, lo olvidará pronto. Pero cuando la información se incorpora en una historia, los datos pesados se diluyen y se asimilan con más facilidad. La mente puede abordar la información de forma más descansada, más relajada ya que la propia historia permite intervalos de descanso mental. Y también ofrece un contexto, y la asimilación, la memorización es mucho más sencilla.
También me gustaría compartir contigo, encanto, otra reflexión… ¿Te has dado cuenta de que hoy en día ya casi no se habla sin discutir? Solo tienes que mirar a tu alrededor para darte cuenta de que ello.
Estamos aprendiendo a comunicarnos de esta manera, a expresar opiniones e intentar tener más razón que el otro. Se producen malentendidos, o metemos la pata porque no hemos visto que la otra persona tiene un mal día y, sin querer, decimos algo que le molesta. Pero este problema se soluciona comunicándonos mediante historias, ya que las historias crean conexiones entre el orador y el oyente. Las historias respetan a la audiencia. El oyente toma sus propias conclusiones respecto a la historia, y no siente que le estén intentando convencer ni imponer una idea.
Querido oyente, si empleas historias para comunicarte en español aumentarás tus oportunidades de hablar con más personas nativas, ya que las historias son universales. No hay barreras culturales, ni lingüísticas, ni generacionales en las historias. Tanto los niños como los ancianos prestan atención a las historias, e incluso las cuentan ellos mismos, a pesar de sus dificultades para expresarse. Las historias se escuchan en las grandes ciudades o en los pequeños pueblos. Todas las culturas tienen sus historias y leyendas. Son un nexo de unión, una vía de comprensión cuando te relacionas con alguien de otra cultura.
Ahora bien, contar historias no es ni fácil ni difícil. En cierta manera es algo muy natural, pero también lo puedes desarrollar y adquirir una gran maestría. Hay un montón de información y teorías al respecto para aprender a crear historias. Así que no voy a decirte que te voy a desvelar los secretos del storytelling, porque no puedo hacerlo. Es algo que se mejora con la práctica, al igual que ocurre con el golf, con el piano, o aprendiendo un idioma. Es algo que se mejora con la práctica. Pero sí puedo decirte que, más que aprender a crear tus propias historias, te será útil aprender a contar las cosas cotidianas como si fueran historias, unas mini-historias; a contar los sucesos que te han ocurrido a ti, o a alguien que conoces como historias; a improvisar una historia para expresar una opinión.
Y para poder empezar a hacer esto necesitas simplificar la estructura básica de una historia, y con esto sí que puedo ayudarte.
Vamos a ver… en cualquier historia hay un mundo y unos personajes. El mundo no hace falta que sea la Tierra Media como en el “Hobbit”. Puede ser tu barrio, tu casa, o tu mesa de trabajo, y tener lugar en el presente, en el pasado, o incluso en el futuro. Un mundo es un escenario. Y los personajes básicos son el héroe y el villano, que simplemente pueden ser dos personas con puntos de vista diferentes. Ahora solo te falta el conflicto, y ya tienes todos los ingredientes para una historia.
Bien, pues ahora necesitas ir practicando. Y te voy a proponer que construyas una historia con algo cotidiano: La situación es que te subes en un ascensor en el que vas a coincidir con una persona que no conoces. Lo que suele ocurrir en estas circunstancias es que se habla del tiempo. Bien, pues vas a hablar del tiempo, pero en vez de decir “¡qué calor hace hoy!, aunque han dicho en la tele que mañana va a llover”, vas a inventar una historia sencilla, ligera. Bueno, para que tengas un ejemplo, voy a empezar yo:
“Buenos días… ¿sabe una manera muy original de combatir este espantoso calor que está haciendo? El otro día una señora me dijo que como no puede echar la siesta con este calor, se va al supermercado a pasear por la zona de congelados. ¡Dice que allí se está fresquito!”.
Bueno, como ves, no es un gran relato, pero es infinitamente mejor que decir “Qué calor hace hoy”. Sin duda, tiene mucho más impacto. Tenemos el escenario, el conflicto y los personajes, e incluso una expectativa inicial con la pregunta “¿Sabe una manera muy original de combatir este calor?”
Pues bien, ahora es tu turno de crear una historia sencilla. Y recuerda que uno de nuestros mejores freebies se llama “cómo contar historias en español”, y está en el podcast 042. Descárgate el freebie y crea una historia sencilla de 2 o 3 párrafos. Puedes hacerlo, ya has visto que no es nada complicado. No sé si la escribirás ahora mismo de una sentada, o si ahora solo escribirás un esquema para escribir la historia más tarde… Pero cuando lo hagas, cuando tengas ya la historia lista, compártela en Facebook o en mi blog. Me encantará leerla y aprender de tu historia. Y no solo a mí, sino a toda la Comunidad de Español Automático. Todos podemos aprender de tu sabiduría, así que, compártela. Y también te animo a que comentes y felicites a otras personas de la comunidad que compartan su cortita historia.
Recuerda que lo puedes compartir en Facebook, debajo de la foto que anuncia el podcast de hoy, o en nuestro blog, en la sección de comentarios. Aprovecha esta ocasión para ser activo en español, para usar tu español de forma activa. Solo activándote puedes mejorar tu nivel y llegar a cumplir tu sueño de dominar el español como un nativo.
PRONUNCIACIÓN
Vamos a practicar tu pronunciación. Si eres nuevo por aquí, te explico rápidamente en qué consiste esta sección. Mauro dirá unas frases usando la nueva expresión, y tú repites, imitando su pronunciación, entonación etc. Sería bueno si lo pudieras hacer en voz alta, pero si estás en el metro rodeado de otras personas, entonces quizá mejor que lo repitas en tu cabeza. Si no, la gente puede pensar que estás como una cabra.
Comenzamos. Repite las frases, la primera vez con el texto y la segunda vez, sin el texto:
Te voy a contar un chiste que te vas a partir de risa
…
Espero que hayas podido recargar las pilas durante estas vacaciones
…
Esa peli es buenísima. Te vas a reír a carcajada limpia
…
No pierdas la paciencia. Las prisas no son buenas.
…
Las historias zen transmiten enseñanzas valiosas.
…
¡Lo has hecho muy bien! Repite el ejercicio varias veces para mejorar tu pronunciación y para afianzar la nueva expresión en tu memoria.
Y, como siempre, me gusta incluir una frase célebre, una frase motivacional, para darte ese puntito extra de motivación, para darte el empujoncito que, a veces, todos necesitamos para seguir en la dirección de cumplir nuestras metas. La frase de hoy es de Peter Uber, quien dijo:
Las “no historias” pueden proporcionar información, pero las historias tienen la capacidad única de conmover los corazones.
Peter Uber
Pues eso, querido oyente, conmueve los corazones de las personas con las que hables. Conmuéveles con tus historias, con lo que les cuentes en español. Te puedo asegurar que eso te hará sentir genial, te hará sentir… ¡fenomenal!
Querido oyente, si te has quedado con ganas de ir a YouTube y escuchar al Chiquito o a Eugenio, pero notas que no les entiendes del todo, no te preocupes, no te frustres, porque nuestro nuevo curso gratuito de “5 días para mejorar tu español” te dará las claves que buscas para mejorar tu comprensión del español hablado. Te puedes inscribir gratis en EspanolAutomatico.com/5dias
Pues, nada, ¡encanto! Hasta aquí el programa de hoy. Como siempre muchísimas gracias por todo, por tus valoraciones de 5 estrellas en iTunes, tus ME GUSTAS en las redes sociales y por tu apoyo en Patreon.
Te doy las gracias por estar ahí, al otro lado de la pantalla y al otro lado de los auriculares. Y mientras llega el próximo capítulo te animo a que te pases por mi blog para apuntarte a nuestro nuevo curso gratuito de “5 días para mejorar tu español” en EspañolAutomatico.com/5dias. Si te suscribes al curso vas a poder dar un salto cuántico en tu dominio de español. No tengo ninguna duda de que con ello tu comprensión del español hablado va a aumentar mucho. Te espero allí. Hasta la semana que viene, encanto. ¡Ciao!