252 - ¿Y si nos damos un chapuzón?
K:
Tesoro, hoy te invito a darte un chapuzón con nosotros. En el vídeo de hoy, Mauro y yo mantenemos una conversación sobre la natación. Y aprovechamos nuestra pequeña conversación para dar un repaso a las preposiciones POR y PARA, de las que hablamos en el podcast 247.
M:
Sabemos que, muchas veces, usar POR o PARA puede parecerte un rompecabezas. No es un tema fácil, ¿verdad? Por tanto, te recomendamos que escuches atentamente nuestra conversación y que observes cómo se comportan POR y PARA en el contexto natural. De esta manera afianzarás en tu subconsciente el uso correcto de estas preposiciones.
K:
Además, hacia final del vídeo, te revelamos nuestros planes para los próximos meses. Nos embarcamos en un nuevo proyecto, pero te lo revelaremos hacia final de este vídeo.
Venga, comenzamos.
M:
Hola, Karo, ¿qué tal en la piscina hoy? ¿Qué te ha parecido la clase de natación?
K:
Hola, pues bien, creo.
M:
Ya estás hecha una campeona, ¿eh?
K:
¡Jejeje! ¡Qué va! Me falta un montón por mejorar. Me queda mucho por aprender. Me falla la técnica de los brazos… después de 30 minutos estoy reventada y entonces se me hunden las piernas… En fin, me queda mucho camino por recorrer.
M:
¡Buah! Y a mí también me falta un montón para nadar superbien. Pero el camino que has recorrido durante los últimos dos meses es impresionante. De evitar entrar al agua porque tenías miedo a practicar casi una hora de natación… ¡es un avance de la leche!
K:
¡Jejeje! Cierto. Nunca me hubiera imaginado lo rápido que sería mi progreso. Estoy muy contenta. Eres muy buen profe de natación, Mauro.
Y me gusta. Ahora me gusta nadar. Es un desafío tremendo, y me tengo que superar en cada entrenamiento. Es algo en lo que puedo mejorar un poco cada día. Paso a paso o, mejor dicho, brazada a brazada. Eso me gusta. Ya sabes que a mí me gustan los desafíos. Y a ti, ¿te gusta nadar?
M:
Sí, me encanta. Aprendí a nadar cuando era niño, y ahora disfruto de la natación como ejercicio, pero también para relajarme.
K:
¿Y prefieres nadar en la piscina o en el mar? ¿O quizá en un lago?
M:
Todos tienen sus pros y sus contras. Me gusta por igual nadar en la piscina o en el mar. Pero para darme un chapuzón tranquilamente prefiero el mar porque las piscinas recreativas suelen estar repletas de niños y no es posible relajarse.
K:
Ya.
M:
Pero, ya sabes que los niños lo que quieren es pasar un rato divertido y refrescante con sus amigos, así que montan un jaleo que no veas.
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K:
Antes de proseguir con nuestra conversación, tenemos que hacer un pequeño inciso para explicarte unas expresiones relacionadas con la natación y que los nativos usan mucho en sus conversaciones cotidianas. Empezamos por “darse un chapuzón” que Mauro acaba de usar. “Darse un chapuzón” es una forma coloquial que significa “bañarse en el mar o en la piscina”.
M:
“Nadar a contracorriente” tiene un sentido figurado, que es "hacer lo contrario que los demás". “A contracorriente”, como locución adverbial, significa “en contra de la opinión general”.
K:
También existe en español la expresión: “nadar en la abundancia” o “vivir en la abundancia” que significa disfrutar de un gran bienestar económico.
M:
Campeón, apunta estas 3 expresiones en tu cuaderno desastre y úsalas en tu próxima conversación con los nativos, ¿de acuerdo? Y ahora, volvamos con nuestra charla.
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K:
Cierto. En verano, con todos los niños jugando en las piscinas o en el mar, no es fácil encontrar un espacio en el agua. Ni para hacer ejercicio, ni para relajarse. Pero ¡qué buen ejercicio es nadar!, ¿no?
M:
Sí, buenísimo. Y es apto para todos, porque es un ejercicio de bajo impacto para las articulaciones. Tiene beneficios cardiorrespiratorios, cognitivos, psicológicos… Además, se quema mucha grasa porque es un ejercicio exigente. Aumenta la flexibilidad, la resistencia y también la capacidad pulmonar. En fin, es realmente fantástico.
K:
Cierto, la natación tiene muchos beneficios para la salud y se ha practicado desde la antigüedad, ¿no? Para promover la fuerza y el bienestar.
M:
Sí, es un deporte muy… digamos… “completo”.
K:
Sí. ¿Y sabes cuándo y dónde se empezó a practicar la natación con el fin de promover el bienestar y la fortaleza del cuerpo?
M:
El ser humano tuvo que nadar desde siempre. Pero, obviamente, ya encontramos pruebas en el arte de las más antiguas civilizaciones. Por ejemplo, los egipcios lo reflejaron en algunos jeroglíficos que datan del 2500 antes de Cristo.
K:
Cierto, cierto. Esos deben ser los ejemplos más antiguos. También tenemos casos en Grecia y Roma, donde se nadaba como parte del entrenamiento militar, ¿no? Se pueden ver las escenas de natación pintadas en vasijas de barro. Incluso se menciona la natación en la Ilíada y la Odisea. Además, no sé si sabes, pero saber nadar proporcionaba una cierta distinción social. Y cuando se quería llamar inculto o analfabeto a alguien se le decía que "no sabe ni nadar ni leer".
M:
¡Jejeje! “No sabe ni nadar ni leer”. ¡Qué curioso!
K:
Sí. Luego, por supuesto, tenemos a los fenicios que, por ser grandes navegantes y comerciantes, formaban equipos de nadadores. Entonces, en caso de naufragio, estos equipos de nadadores tenían que rescatar mercancías y pasajeros. Creo que esta era la época dorada de la natación.
M:
Luego, desgraciadamente, en la Edad Media, la natación decayó. Y, en especial, en Europa. Es lo que han dicho en aquel programa de la BBC que vimos, ¿no? Que circulaban estas creencias de que el agua es un espacio inseguro, un espacio antinatural para los seres humanos…
K:
…que en el agua habitan los monstruos… que un peligro acecha desde las profundidades del agua.
M:
Sí, el agua además es un mecanismo de castigo de Dios, como la historia del Gran Diluvio o la destrucción del ejército del faraón en el Mar Rojo…
K:
Sí, sí. Esto, por un lado. Pero, por otro lado, nadar se consideraba inmodesto, provocador o… demasiado sugestivo y seductor.
M:
Ya…Ya…
K:
Porque hay que decir que en la antigüedad la gente nadaba desnuda, por lo tanto, los patriarcas de la Iglesia desaconsejaban la natación porque consideraban que conducía a un comportamiento demasiado… libidinoso. Como consecuencia, en Europa no estaba bien visto nadar hasta el siglo XIX. Que son muchos siglos, ¿eh?
M:
Ya, es cierto, pasa mucho tiempo antes de que la natación vuelva a practicarse como deporte. Y, como siempre, la pionera es la Gran Bretaña. Y en España, ¿a que no adivinas dónde se fundó el primer club de natación?
K:
Hmm… ¿Es una pregunta trampa?
M:
¡Jejeje! No. Para nada.
K:
Vale. Pues… ¿En Barcelona?
M:
¡Bien! ¡Has acertado!
K:
Ya, es que en Barcelona la gente está enganchada al deporte.
M:
Sí, hay mucha cultura deportiva en Cataluña.
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M:
Oye, aprovechando que Karo está aprendiendo a nadar y que hemos adquirido bastante material de natación, te vamos a enseñar el vocabulario relacionado con este tema.
K:
Lo básico cuando vas a empezar a nadar es tener un bañador. Si es de dos piezas, para las mujeres, se llama “bikini”. También necesitas unas chanclas y un gorro. ¡Ojo! Es un gorro (masculino), porque una gorra (femenino) es la que tiene una visera sobre los ojos, como las que se usan en el béisbol. Y los gorros de natación suelen ser de silicona, látex o poliéster.
M:
Bien, una vez que ya estás vestido adecuadamente, tienes la opción de usar material adicional. Seguramente querrás una toalla para poder secarte. Y si vas a algún centro deportivo que no tiene acceso directo desde el vestuario a la piscina, querrás un albornoz para moverte por los pasillos comunes. Un albornoz es como una bata, pero hecho con tela de toalla.
K:
También querrás unas gafas para nadar, con una goma elástica que se ajusta a la cabeza. Aparte de las gafas, a mí también me gusta usar tapones para los oídos, que son diferentes de los tapones para dormir. Los tapones para nadar no dejan que el agua entre en el oído. “Taponan” el oído. El verbo es “taponar” y significa cerrar un orificio con un tapón.
M:
Luego tenemos la TABLA.
K:
¿Para qué sirve la tabla?
M:
La tabla sirve para ayudar al alumno a mantenerse a flote, es decir, mantenerse sobre la superficie del agua. Con una tabla se pueden hacer muchos ejercicios.
K:
También tenemos las ALETAS. Usar las aletas aporta muchos beneficios como, por ejemplo, mejorar la flexibilidad de los tobillos. Con aletas se nada mucho más rápido, por tanto, uno se cansa menos. Además, las aletas sirven para robustecer los músculos principales de las piernas y para colocar el cuerpo en una mejor posición hidrodinámica. Y supongo que se me olvidan algunos beneficios más.
M:
También tienes el TUBO frontal. En vez de ir por un lado de la cabeza, como los tubos de bucear, el tubo se coloca de frente, entre los ojos, y asoma por encima de la frente. A veces también lo llaman “tuba”, en femenino, pero la tuba también es un instrumento musical.
K:
Hay muchos beneficios de practicar con el tubo. Uno de los principales beneficios para los principiantes es que te ayuda a ahorrar energía.
M:
Sí, cada vez que se sale a respirar, se genera una resistencia a nuestro avance y frenamos nuestra velocidad. Y al sacar la cabeza fuera, el peso añadido nos hunde. Con el tubo de natación frontal esto no ocurre, ya que no hay que sacar la cabeza. Y también te permite concentrarte en la técnica, sin preocuparte por salir a respirar.
K:
Pero… hay un “pero”, claro. Con el tubo se respira diferente. Solo se coge aire por la boca, cosa que no me resulta fácil, así que constantemente me atraganto porque el agua me entra por la nariz. Total, que no he logrado nadar con el tubo más que unos metros. Por consiguiente, compramos unas pinzas para la nariz. Pero son de tan mala calidad que se me caen… En fin, no cumplen su misión, así que apenas las he usado.
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K:
Lo digo en serio. Me alegro de que me hayas enseñado a nadar este verano. Pero, además, me gusta tanto, tanto que quiero continuar. Así que ahora me quiero apuntar a clases en una piscina cubierta.
M:
Pues me parece una excelente idea. Y creo que yo también me buscaré un gimnasio que tenga piscina para mí.
K:
Hmmm… ¿Sabes qué implica esto?
M:
No, ¿qué?
K:
Que deberíamos aprender el idioma de los instructores de natación. Porque no hablarán español.
M:
¡Ah, claro! Tienes razón. No había caído en la cuenta.
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K:
¡Uy! ¿Qué ha pasado aquí? ¿Qué es eso de que los instructores no hablarán español? Tesoro, es que… Mauro y yo… hemos decidido ir unos meses a otro país. Nos gustaría viajar a un lugar que tenemos muchas ganas de conocer. Ahí no se habla ni inglés, ni español, ni francés, ni búlgaro, ni polaco.
M:
Por lo que los instructores de natación hablarán en un idioma que desconocemos. Y esto significa que, si queremos apuntarnos a la piscina, tenemos que aprender el idioma que se habla en ese país al que planeamos viajar.
K:
De momento, no te vamos a revelar a dónde vamos. ¿Te pica la curiosidad?…
M:
Bueno, te lo contaremos en otro vídeo. Solo te diremos que está… por Europa.
K:
Bien, pues… nos ponemos a aprender el nuevo idioma ya, ¿te parece, Mauro?
M:
Excelente idea. Tendré que dejar aparcado el búlgaro. Un poco demasiado pronto, pero bueno, las circunstancias no siempre son las ideales y hay que adaptarse.
K:
Oye, ¿y qué tal si nos hacemos un challenge, un desafío?
M:
¿Qué tipo de desafío?
K:
Estudiamos un mes y, entonces, intentamos mantener una conversación entre nosotros. Una cortita. Una cortita conversación de 1 o 2 minutos. Algo sencillo. 30 días, ¿te apuntas?
M:
Excelente idea. Nunca me hubiera imaginado que este año comenzaría el aprendizaje del siguiente idioma.
K:
Yo tampoco. Más que nada, porque primero quería fortalecer aún más mi búlgaro. Pero, si queremos entender a los entrenadores de natación, tenemos que comenzar ya.
M:
Sin duda alguna. Bueno, figura, cruza los dedos para que todo nos salga bien. Y, mira tú por dónde, ya tenemos un nuevo desafío de 30 días en marcha.
K:
Sí. 30 días.
M:
Lo dicho, figura, cruza los dedos y deséanos suerte.
K:
Esperemos que te haya gustado el programa de hoy y que te haya servido para repasar las preposiciones POR y PARA. Es importante que veas esta lección varias veces porque la repetición es la clave.
M:
No te olvides de darnos un ME GUSTA y de suscribirte a nuestro canal para no perderte ninguno de nuestros capítulos.
K:
Cuídate mucho, tesoro. Nos vemos en el siguiente podcast.
M:
Hasta dentro de dos semanas.
K:
Un beso.