264 – La siesta, deporte nacional | costumbres de España | nivel A2-B1
Si hay una palabra muy conocida que define España… esa es la siesta. ¿Por qué en España se duerme la siesta y en otros países no? ¿Es merecida la fama de dormilones de la que gozan los españoles? Voy a intentar responder a estas preguntas y aprovecharé el tema de la siesta para repasar algunas estructuras de subjuntivo. Además, aprenderás frases hechas para expresar opinión y el vocabulario interesante del ámbito de sueño, descanso y productividad.
Si me escuchas por primera vez, soy Karo Martínez y esto es Español Automático Podcast, un podcast que te ayuda a pasar del estado pasivo de entender español al estado activo de hablar español con facilidad y sin esfuerzo. Te recuerdo que tienes a tu disposición la transcripción y las flashcards que preparamos con cada capítulo para ayudarte a asimilar mejor las lecciones. Los enlaces están en la descripción.
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La siesta. Seguramente haya poca gente que no relacione la siesta con la cultura hispana, que no la considere una de las costumbres más arraigadas. Esto no significa que solo se practique en España y en algunos territorios latinoamericanos, pero sí parece como si la siesta fuese originaria de los países hispanohablantes y se hubiese exportado al resto del mundo.
Y, efectivamente, se trata de una de las costumbres más típicas de España. Tanto es así que en otros países no tienen la costumbre de echarse la siesta nunca, y ni siquiera tienen una palabra para referirse a este descanso después de comer.
A pesar de que muchos afirman que esta es una costumbre en clara decadencia y que ya poca gente se echa la siesta en España, otras personas no pueden perdonar su siesta, aunque solo sea el fin de semana.
La palabra “siesta” proviene etimológicamente del latín y significa “hora sexta”. Y… sí, los romanos se detenían a comer y a descansar en la sexta hora del día. Si tenemos en cuenta que los romanos dividieron periodos de luz de 12 horas, entonces la sexta hora corresponde en España al periodo comprendido entre la 1 de la tarde (en invierno) y las 3 de la tarde (en verano)". Por cierto, la palabra “periodo” puede llevar tilde en la “i” o no llevarla.
Por tanto, es de la Roma Antigua de donde viene la costumbre de la siesta, y se extendió a diferentes países europeos. Sin embargo, los particulares horarios laborales y las costumbres españolas son lo que han hecho que en España la siesta se convierta en una tradición muy arraigada.
Por costumbre, en España, la gente se va a dormir más tarde —en comparación con otros países europeos—. Incluso entre semana los españoles se van a dormir muy tarde. Así, la siesta se sitúa en mitad del día, lo que hace que por la noche uno aguante más tiempo despierto.
También los horarios laborales favorecen la siesta, ya que muchos negocios cierran a la hora de la comida y no vuelven a abrir hasta más entrada la tarde. Es lo que se llama en español: los horarios de turno partido.
De hecho, la jornada de trabajo tradicional era desde las 9 de la mañana hasta las 2 de la tarde. Después, un descanso para comer de dos horas. Y se volvía a entrar al trabajo a las 4 de la tarde hasta las 8. Estos horarios facilitaron que la siesta se convirtiera en algo muy común en España.
También sucede que quienes entran a trabajar muy pronto por la mañana suelen terminar su jornada a la hora de comer, lo que les da la posibilidad de dormir la siesta y tener la tarde libre.
A pesar de esta arraigada tradición, no siempre se ha mirado la siesta con buenos ojos.
(*mirar algo con buenos o malos ojos = mirar con simpatía o con antipatía. Por ejemplo, el profesor le mira con buenos ojos a Chema porque es aplicado).
¿Por qué no siempre se ha mirado la siesta con buenos ojos? Porque, hasta hace relativamente poco, se asociaba la costumbre de echarse la siesta con un estilo de vida lento, con la pereza, por lo que las personas que echaban una cabezada a mitad de la jornada eran consideradas vagas, poco productivas e incluso pueblerinas.
(*pueblerino = aquí significa ignorante, inculto y tonto)
Pese a ello, estudios recientes han revelado que dormir la siesta puede ser muy beneficioso para la salud. La siesta ayuda a recuperar el sueño atrasado y deja el cuerpo regenerado y relajado. Además, se ha demostrado que la siesta aumenta el rendimiento laboral, calma la ansiedad, mejora la productividad y fomenta la creatividad.
(*rendimiento laboral = productividad >> rendir = producir, dar frutos, cundir. Rendimiento laboral).
¿Cuándo se suele dormir la siesta? La siesta se asocia con un descanso después de comer. Sin embargo, según los expertos, no es la comida la que crea en nosotros una sensación de somnolencia.
(*somnolencia = Estado intermedio entre el sueño y la vigilia. Es cuando conservas una parte de la conciencia, pero sientes un deseo irresistible de dormir).
Entonces, los expertos dicen que esta somnolencia sucede porque nuestro cuerpo nos señala que necesita hacer una breve pausa para recuperar las fuerzas. Es por este motivo que después de las comidas tenemos ganas de tomar bebidas estimulantes, como el café. La digestión produce, además, una sensación de modorra que se une a todo lo anterior y hace que nos sintamos cansados, pesados y adormecidos.
(*la modorra = Sensación de sueño muy profunda. Pesadez, sopor. Me encanta esta palabra: la modorra).
Aunque la siesta sea un tópico español, desgraciadamente la mayoría de la población no tiene el privilegio de dormir cuando le apetece. Para muchos españoles es impensable poder parar de trabajar o de estudiar para echar una cabezada. Por eso, muchos aguantan el sueño como pueden… aunque ello implique bostezar continuamente en la oficina… y no rendir nada… y estar en “modo zombie” toda la tarde…
Sin duda, la somnolencia y la fatiga dificultan el trabajo. El cansancio interfiere de forma negativa en las tareas de cada uno. De hecho, se ha demostrado que los trabajadores que hacen un alto en la jornada laboral incrementan su rendimiento y su concentración.
(*hacer un alto es detenerse, ej. Los amigos hicieron un alto en el camino para descansar. Hacer un alto en la jornada laboral).
Sin lugar a dudas, en la sociedad actual, donde predominan el estrés y la prisa, necesitamos recursos que nos ayuden a recargar las pilas para funcionar el resto del día.
Descansar durante unos minutos aumenta la memoria y la capacidad de reacción. Es algo que ya he mencionado en muchísimos podcast. Descansar durante unos minutos aumenta la memoria.
Hay estudios que lo demuestran y que también proporcionan pruebas de que gracias a un descanso se reducen los índices de accidentes y los errores que se cometen por falta de sueño.
Incluso una vez leí que muchos de los accidentes de circulación (es decir, accidentes de coche) se deben a la somnolencia del conductor. En serio, el estudio demostraba que conducir sin dormir “suficiente” tenía el mismo efecto que conducir bajo efectos de alcohol. No dormir “suficiente” produce una especie de “borrachera” y reduce la capacidad de reacción, por lo que es peligrosísimo conducir cuando estamos somnolientos.
Creo que, como sociedad, estamos cada vez más concienciados sobre los beneficios de la siesta, por lo que hay cada vez más negocios que ofrecen la posibilidad de echarse una cabezadita, pagando por el servicio, claro. Por ejemplo, muchos hoteles ofrecen sus habitaciones para dormir la siesta. En los aeropuertos hay zonas especiales para este fin. Este tipo de “salas de descanso” o “nap lounges” se están poniendo de moda. Incluso hay bares que ofrecen un lugar para clientes que buscan… cito: “descansar, leer o dormir la siesta”. Hay uno en Madrid que se llama “Siesta & Go”. Un nombre bien escogido.
A este respecto, te puedo contar mi experiencia personal. Cuando me mudé a Barcelona empecé a trabajar en una empresa tecnológica que habilitó un espacio donde los empleados podíamos relajarnos sobre unos sillones confortables y cerrar los ojos durante unos minutos.
Parece que, en cuanto a la siesta, ¡todo son ventajas! Y, sin embargo, a veces, tras dormir una siesta, nos levantamos con la sensación de estar más cansados. ¿A qué se debe? ¿Qué lo provoca?
Estudios de investigación han demostrado que lo que hace sentirnos descansados, frescos y despejados es el número de ciclos de sueño completos que realizamos.
Cuando dormimos no estamos sumidos en un estado único, sino que atravesamos diferentes fases. Ya lo he mencionado en el podcast titulado “¿Por qué soñamos?”. Pero si todavía no lo has visto o si lo viste hace mucho tiempo, te lo resumo rápidamente para refrescarte un par de conceptos.
Básicamente, el ciclo del sueño está compuesto por cinco etapas. Y, mientras dormimos, vamos pasando de una etapa a otra hasta completarlas todas ellas en un ciclo que dura aproximadamente 90 minutos.
Las etapas 1 y 2 son las equivalentes al sueño ligero y duran unos 10 minutos cada una. Si te despiertas tras estas dos etapas, te sentirás descansado y con más energía.
Por el contrario, las etapas 3 y 4 son consideradas de sueño profundo y duran los siguientes 45 minutos del ciclo. Despertar tras estas etapas será difícil y al conseguirlo finalmente nos sentiremos cansados y atontados.
(*atontado = aquí significa confundido, aturdido y no puede reaccionar)
La quinta etapa del ciclo del sueño es totalmente diferente a las anteriores. Es la fase de sueño llamada REM (que hace referencia al movimiento rápido de los ojos) y es cuando realmente tenemos sueños. La fase REM tiene una duración de 20 minutos.
Cuando hablamos de un ciclo de sueño, ¿a qué nos referimos? Pues los científicos explican que no es posible acumular el sueño que no hemos aprovechado en un ciclo para añadirlo al siguiente. Es decir, cada vez que nos despertamos la serie se rompe y empezamos de nuevo.
Entonces la duda que surge aquí es: cuando dormimos por la noche pasamos por todo el ciclo de sueño y esto está bien… pero ¿qué pasa con la siesta? ¿cuánto debe durar una siesta? ¿Puede llegar a ser contraproducente si se prolonga demasiado?
Parece ser que, para sacar el máximo beneficio de la siesta, lo ideal para los adultos es dormir entre 10 y 20 minutos, nunca superando los 30 minutos. Si sobrepasas este tiempo, podrías levantarte malhumorado, irritado y con la sensación de no haber descansado. Vamos, que podrías levantarte de mal genio. De mala leche, como se dice en España.
¿De dónde viene este mal genio? Este mal genio aparece cuando te despiertas durante las etapas profundas del sueño, de las que no es tan fácil despertar. Por eso el mal humor.
Por tanto, recuerda. La siesta debería durar entre 10 y 20 minutos. Máximo 30.
Resumiendo el tema de hoy…
Aunque la siesta es un tópico español, actualmente no hay muchas personas que reposen a mediodía. Las que sí han hecho de la siesta una prioridad no desperdician la más mínima oportunidad para cerrar los ojos, acomodarse en el sofá y echar una cabezada. Consideran que dormir la siesta es un hábito irrenunciable de la cultura española. Para otros es un buen remedio para aliviar la falta de sueño nocturno o para paliar los efectos del insomnio. También hay quienes defienden que no es más que una costumbre propia de vagos y perezosos.
Hmm… ¿Cuál es tu opinión? Y… la pregunta más importante: ¿sueles hacer la siesta? ¿Sí? ¿No? Cuéntamelo en los comentarios.
¡Uf! Tanto hablar de la siesta… me han entrado ganas de dormir. Pues… nada, pongo una alarma en mi móvil… 30 minutos y… ¡a dormir la siesta!
Pero antes…
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Querido oyente, espero verte en el siguiente podcast, porque me gusta ver caras conocidas. Me gusta saber que por el otro lado de los auriculares hay caras conocidas, hay amigos que me escuchan y que juntos estamos en este viaje llamado Español Automático.
Te deseo que pases una semana maravillosa y productiva. ¡Nos vemos en el siguiente podcast! Ciao.