340 - ¡7 Increíbles Inventos Españoles que Cambiaron el Mundo para Siempre!
¿Qué tienen en común la fregona y el traje espacial? Ambos han sido inventados por los españoles. Porque España no solo es un país de arte y alegría, sino también de mucho ingenio.
En este vídeo, no solo te voy a hablar de inventos que usamos todos los días o que parecen de ciencia ficción, sino también de las historias increíbles que hay detrás de cada uno. Muchos de estos inventos surgieron en momentos difíciles y cambiaron el mundo para siempre. ¡Prepárate para descubrir el ingenio español como nunca antes!
¡Hola! Soy Karo, nací en Polonia y aprendí español de adulta, así que sé lo que es aprender el español desde cero. Pero, ¡te prometo que se puede! Con mi método y práctica, ahora hablo con fluidez y sin estrés, y hoy quiero ayudarte a ti a hacer lo mismo.
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Hace poco te hablé de inventos españoles de uso cotidiano (el link te dejo por aquí). Pero déjame contarte hoy la historia de un invento que nació para dar alegría a aquellos que más lo necesitaban: el futbolín. Imagina la España de los años 30, en plena Guerra Civil. Un chico joven, Alexandre de Fisterra, resultó herido en un bombardeo. Tuvo que quedarse en el hospital por mucho tiempo. Mientras estaba allí, notó algo que le rompía el corazón: muchos de los niños que también estaban hospitalizados no podían correr ni jugar al fútbol, el juego que tanto amaban.
Entonces, Alexandre tuvo una idea. Si los niños no podían ir al campo, ¡él llevaría el fútbol hasta ellos! Inspirado por el popular juego del tenis de mesa, diseñó el primer futbolín para que los pequeños pudieran jugar desde sus camas. Cada partido en el futbolín hacía olvidar a los pequeños, aunque solo fuera por un momento, los horrores que habían vivido.
Hoy en día, el futbolín se juega en bares y hogares de todo el mundo, pero su origen es mucho más profundo: fue creado para dar alegría a aquellos que más lo necesitaban. Una historia inspiradora, ¿no crees?
Una curiosidad: ¿sabes por qué se llama futbolín? Porque en español tomamos la palabra ‘fútbol’ y le añadimos ‘-ín’ para hacerla más pequeña y cariñosa. Es como decir ‘minifútbol’. En español, usamos ese diminutivo con otras palabras: chaval-chavalín, pequeño-pequeñín, maleta-maletín… Ahora tú:
Borracho… borrachín.
Folleto… folletín
Botica … botiquín
Un poco… un poquitín
Peluca…peluquín
Calabaza…calabacín
Tonto… tontín
¿No es divertido? Así que cada vez que ves un futbolín, recuerda que su nombre significa fútbol chiquito.
A los españoles les encanta el futbolín, y si juegas con los nativos harás muchos amigos. Por cierto, ¿vas a viajar a un país hispanohablante y necesitas mejorar tu español antes de tu aventura? Las inscripciones para la Academia Español Automático abren del 19 al 30 de noviembre. ¡Únete a nuestras clases en vivo y empieza a practicar con personas como tú!
El futbolín no fue el único invento español que dejó huella en el mundo. Más o menos por la misma época, un ingenioso español llamado Leonardo Torres Quevedo tuvo una idea aún más sorprendente: ¿y si pudiéramos controlar cosas a distancia, sin necesidad de cables? Leonardo, que era un hombre muy curioso, curiosísimo, y siempre estaba buscando maneras de hacer nuestra vida más fácil, inventó así el primer mando a distancia de la historia: el Telekino.
Este invento permitía manejar un objeto de lejos, sin estar conectado por cables. Leonardo llegó a hacer pruebas controlando un pequeño bote en el agua ¡a distancia! Imagínate la sorpresa de las personas al ver un bote que parecía moverse solo; era como magia.
Gracias a su invento, Torres Quevedo plantó la semilla de todos los mandos que usamos hoy, como los de la televisión, los drones y hasta los juguetes que funcionan con control remoto. Y pensar que todo empezó con un sueño loco de controlar las cosas sin tocarlas.
¿Y a tí, te gustaría controlar las cosas o personas a distancia? Confiésalo en los comentarios.
Siguiendo con ideas que se adelantaron a su época, aquí va una historia increíble. Mucho antes de los iPads o cualquier tablet, en 1949, una maestra española llamada Ángela Ruíz Robles pensó: “¿Y si los estudiantes pudieran estudiar sin cargar tantos libros pesados?”
Así fue como inventó la Enciclopedia Mecánica, algo parecido a una tablet. Era como un libro interactivo: los estudiantes podían ver lecciones, mapas y cambiar el contenido girando unos tubos. Aunque nunca se llegó a fabricar en masa, ¡fue una idea increíblemente avanzada para su tiempo! Ángela fue una verdadera visionaria en educación.
Se la considera una pionera importante en la historia de las tablets y los e-books. Y, hace 8 años, Google le rindió homenaje con un doodle en su aniversario.
Y si a tí te gusta leer libros en los lectores electrónicos, ponme un emoji de un pulpo en los comentarios 🐙
Imagínate esto: estamos en el siglo XIX, y cada vez que alguien necesita hacer cálculos grandes, tiene que escribir todo a mano. Un día, un inventor llamado Ramón Verea decidió que eso tenía que cambiar. Ramón era español y muy orgulloso de sus raíces, y quería probar que los inventores españoles también podían marcar la diferencia. Se preguntó entonces: “¿Y si hubiera una máquina que hiciera estos grandes cálculos en un segundo?”
Una idea alocada para su época, pero Ramón como un Don Quijote se puso a trabajar y creó una de las primeras calculadoras mecánicas del mundo, ¡y vaya que era especial! A diferencia de otras de su época, esta podía multiplicar directamente, ahorrando muchísimo tiempo.
Ramón no llegó a vender su calculadora, pero su invento fue un gran logro y uno de los primeros pasos hacia las calculadoras modernas. Lo curioso es que Ramón la creó solo para demostrar lo que un español era capaz de hacer. ¡Un genio, sin duda! Pero, claro, no era algo que pudieras llevar en el bolsillo para el colegio… Esta calculadora pesaba unos 26 kilos. ¿Te imaginas cargar 26 kilos en tu bolsillo? ¡Wow!
Supongo que alguna vez has utilizado este objeto, ¿sí? Aunque muchos conocen el famoso bolígrafo BIC, pocos saben que su historia tiene raíces en España. Esta historia comenzó en los años 40, cuando un inventor español Juan Jorge Meyne tuvo la idea de un ‘lápiz’ que pudiera escribir sin necesidad de afilarlo o recargar tanta tinta constantemente. Pero aquellos años fueron tiempos difíciles en Europa: comenzaba la Segunda Guerra Mundial, y Meyne, siendo judío, enfrentaba un gran peligro.
Meyne tenía un amigo y socio llamado László Bíró, un inventor húngaro. Para escapar de la persecución nazi, los dos amigos emigraron a Argentina. Allí siguieron mejorando el diseño hasta lograr el bolígrafo moderno. Más adelante, la empresa BIC consiguió un certificado que demostraba que el bolígrafo era su invento, y el bolígrafo se popularizó en todo el mundo.
Así que, la próxima vez que tomes un BIC, piensa que estás sosteniendo una idea nacida del ingenio español y la valentía en tiempos oscuros. ¡Un pequeño objeto con una gran historia detrás!
Ahora vamos con un invento pequeño, pero indispensable: la pila AA. Sí, esas pilas que todos tenemos por casa para cuando el mando a distancia decide dejar de funcionar en el momento más inoportuno: cuando estás cansadísimo después de un largo día de trabajo. Y en vez de relajarse en el sofá viendo Netflix… ¡Vaya! Las pilas se han agotado y tú ahora te tienes que levantar cada vez que quieres cambiar de canal. ¡Menudo fastidio!
O cuando las pilas en tu despertador dejaron de funcionar y llegaste tarde al trabajo el día de una reunión importante, y tu jefe te echó una bronca monumental. ¿Te suena, eh?
Lo curioso es que este invento que nos salva una y otra vez fue creado por un español: Ramón Gabarró. Él quería una batería compacta que pudiera dar energía a las cosas del día a día, pero sin complicaciones. Así que creó la pila AA, y aunque en su momento no lo sabía, acabó inventando el mejor amigo de cualquier padre en Navidad, cuando los juguetes no funcionan sin ‘esas pilas’ que nunca vienen incluidas en el paquete.
Hoy en día, gracias a la visión de Gabarró, la pila AA es un estándar en el mundo. Así que, cuando enciendas el mando o pongas a funcionar un juguete, dale las gracias a este español. ¡Un pequeño invento que se ha vuelto imprescindible en nuestra vida moderna!
Y si hay un invento que se agradece en España, ¡es el aire acondicionado! Ahora, no puedo decir con seguridad que los españoles lo inventaron (ese honor suele dársele a Willis Carrier), pero con el calor que hace aquí, ¡seguro que se hicieron grandes avances en perfeccionarlo!
Desde los años 20, ya había sistemas de refrigeración en el país, y si algo sabemos en España, es cómo sacarle el máximo provecho al aire fresco. Así que, aunque no lo inventamos, ¡seguro que lo hemos aprovechado como nadie! Porque, sinceramente, es un invento que no solo refresca las casas, sino que nos ayuda a disfrutar del verano sin sofocarnos.
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Y para los que aman descubrir más: la próxima semana te hablaré de los inventos españoles más alucinantes que han salvado millones de vidas. Nos vemos, campeón, y recuerda: hagas lo que hagas, pon todo tu corazón en ello.
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